jueves, 16 de febrero de 2012

Sombra oscura cap. 4

-Lo que vas a oír te puede parecer raro, extraño e incluso una fabula. Te ruego que no me interrumpas.Todavía no sé ni por que te lo cuento. Nadie sabe mi historia. Ni siquiera la adorable pareja que aceptó trabajar para mí a cambio de no hacer nunca preguntas.
-Pero, ¿Qué eres?
-Ten paciencia. Todo a su momento.- Se dirigió hacia la ventana y se quedó mirando hacia el infinito. -Saber mi secreto te acarreará obligaciones de por vida. No se lo podrás contar a nadie. Y no podrás salir de esta casa. Si estás dispuesta a asumirlo te lo contaré.-dijo dándose la vuelta y mirando a la joven. Su expresión había cambiado.Tenía el ceño fruncido y su mirada era una mirada sin vida que dejaba la sangre helada.
-Me estás asustando. ¿Cómo puedes pedirme que renuncie a mi vida? ¿ Y si no acepto? ¿Y si me marcho?- dijo ella con la voz temblorosa.
-Solo te permitiré que te marches sí me prometes que no contarás a nadie lo que has vivido aquí. Ni siquiera a tus padres. Tengo el poder suficiente para saber que lo has hecho. Sería tu final.
-Déjame salir. Tengo miedo. Eres un monstruo- dijo levantándose y corriendo hacía la puerta. Él  se interpuso entre la puerta y ella. ¿Cómo lo había hecho? Corrió hacia la ventana y el volvió a interponerse. Cada vez estaba más asustada. Cogió el atizador que había colgado al lado de la chimenea amenazando con el a Jónathan. Se encontraba a unos 3 metros de distancia. De repente le quitó el atizador de la mano sin lastimarla.
No lo había visto venir. Fue de repente. Elly empezó a gritar pidiendo auxilio. Él la cogió de la cintura y la besó. Intentó resistirse pero a los breves segundos se entregó a él. No podía resistirse, su voluntad había sido anulada.
-Desde el día que te vi en aquel callejón algo cambió en mi interior. Siempre he sido un depredador sin sentimientos. Nunca me involucraba con nadie. Pero tu has conseguido cambiar eso. Desde que me convertí en lo que soy no había vuelto a amar a nadie.- Le dijo mirándola a los ojos. Su expresión había cambiado. Era una mirada de imploración, de desespero. Ella dando un paso atrás le observaba con cierto recelo. Aquel beso la había desbordado totalmente, pero se había recuperado. Intentó coger el mando de la situación. Sabía que tenía pocas bazas. Aquel ser era muy poderoso. Un fallo y sería su "¿cena?".
-Está bien, si quieres que continúe viniendo a esta casa, debes aceptar que yo tengo mi propia vida. Que vendré por voluntad propia, nunca por coacción tuya. Debes entender que te tenga temor. No estoy acostumbrada a que seas lo que seas me aborden de la manera que me has abordado. Deberás ganarte mi confianza.- Ella misma se sorprendió de lo que estaba diciendo. ¿Le estaba poniendo condiciones a aquel ser? Estaba loca. Había firmado su sentencia de muerte. Esperaba que se abalanzara sobre ella en cualquier momento.
-Esta bien. Pero quiero que te quedes a vivir aquí. Así podrás ahorrarte el alquiler de tu piso. Tendrás libertad para salir de la casa cuando quieras. Tendrás libre disponibilidad de todas las dependencias de la casa, excepto las puertas que están en el pasillo que conducen a la cocina. No intentes entrar nunca en ellas. Estas son mis condiciones. Que debes añadirlas a la anterior. No es una petición, es una orden. Si cumples todo lo que te he dicho tendrás libertad de movimientos.- Ella sabía que debía aceptar por el momento sus condiciones. Así que asintió con la cabeza. Él dejó escapar una sonrisa de satisfacción.
   Llamó a la Sra. Winter. y le dio instrucciones para que al día siguiente acompañara a Elly donde ella quisiera a comprar ropa nueva. Ella protestó. Tenía sus pertenencias en su piso. Jónathan la conminó a darle las llaves a Charles y este le traería todo lo que tenía allí. Tuvo que claudicar en el empeño de volver a su piso. Al final le entregó las llaves a Mary para que se las diera a su marido.
   Con un gesto invitó a que la sirvienta saliera de la habitación. Se acercó a Elly y le susurró.
-Eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo. - Y besó su hermoso cuello. Ella sintió un escalofrío, que le recorrió todo el espinazo. Tenía la corazonada de saber de que se trataba lo que tenía delante. Era un vampiro. ¿Pero cómo podía ser? Siempre había creído que eran fabulas. Historias de la tele. Y ahora se encontraba en sus manos.
-Cuéntame algo de tu pasado. ¿Qué edad tienes?
-Jaja, chica lista. Sabía que no me equivocaba contigo. Parece que ya sabes que soy, ¿no?
-Un....¿vampiro?- Temblaba como un flan.
-Sí. Pero no todos los vampiros somos como nos pintan en las películas.
- ¿Ah no?  ¿Quieres decir que no te alimentas de sangre?
-Si pero...-
-¿Quieres decir que no me ves a mi como yo vería un pollo asado?
-¡No! Estas sacando las cosas de contexto.
-Yo creo que no. Matas para alimentarte.
-¿Y tu no? ¿O te crees que ese pollo que te comes siempre ha estado muerto esperando a que lo cocines?
-No es lo mismo.
-Si que lo es.
- No, tu matas humanos para saciarte.
-Pero solo delincuentes, asesinos, violadores....
-Pero son humanos.
-Si yo no actuara así piensa que hubiera pasado el otro día en el callejón. ¿Qué te hubieran hecho aquellos tipos? ¿Te hubieran matado después de violarte? ¿Puedes contestar a esto?
-No.- contestó ella bajando la cabeza. Tenía razón. La había salvado y ahora cuestionaba el por que. Posiblemente había sido una casualidad. Pero si no hubiera sido por la naturaleza suya no lo hubiera hecho. Ahora aquello la abocaba a la situación en la que se encontraba.
   Levantó su cara con la mano con delicadeza. Luego acercó sus labios a los de ella, plasmando en ellos un gran beso. Cada vez que él la besaba conseguía que su voluntad se esfumara. Se entregó con pasión a aquel beso. Abrió la boca y dejó que su lengua explorara cada rincón. Estaba extasiada, su entrepierna se había humedecido sobremanera. La cogió en brazos y la llevó al sofá que había delante de la chimenea. Allí continuó besándola con pasión y ella correspondía. Intentó despasarle el pantalón, pero una mano sujetó la suya.
-No Elly
-¿Por qué?
-No estoy seguro que esa función de mi cuerpo continue en vigor.
-Déjame averiguarlo.
-¡No!- Y con esto se levantó y salió por la puerta.
-Vaya con el vampiro, me pone a cien y luego me deja plantada.- se rio la chica con sarcasmo. Salió de la salita y se dirigió al piso superior donde tenía asignada su habitación. Mientras se desvestía pensaba en lo que había sucedido abajo. ¿Que estaba haciendo? Aquel ser le provocaba temor y morbo al mismo tiempo. Debe ser curiosidad- Se engañaba no queriendo reconocer lo evidente. De repente notó la misma sensación que la noche anterior. Miró hacia la ventana y vio que algo se ocultaba fuera. Cogió el camisón y se tapó, dirigiéndose hacía la ventana. La abrió y una fuerte ventisca entró por ella mezclada con algunos copos de nieve. Sacó la cabeza por ella y miró en todas direcciones.
-¡Se que estás ahí, da la cara!- gritó la muchacha cerrando la ventana a continuación. Sus pezones se habían endurecido y quedaban firmemente marcados en su sujetador. En menos de un minuto llamaron a la puerta.
-¿Quién es?. preguntó ella
-Soy Jónathan - se oyó desde el otro lado de la puerta.
-Un momento - contestó mientras se ponía el camisón. Luego abrió la puerta. Él estaba allí, de pie, mirándola. Tenía manchado el traje con copos de nieve que se estaban derritiendo debido al calor que hacía  en la casa.
-¿Puedo pasar? - esperando la contestación de la joven.
- Esta bien entra - Le dijo situándose a un lado de la entrada. Él pasó e invitó a la joven a que se sentara en la cama. Ella obedeció y se sentó a su lado.


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