domingo, 29 de julio de 2012

Un simple viaje cap 1

                                                          ESTACIÓN CASIOPEA



    Después de que la Megacorporación, como ellos mismos se hacían llamar, hubiera tomado el control de la Tierra, se exploraron nuevos mundos en busca de recursos que sostuvieran el incremento de demanda desde las estaciones. Megacorporación unió a los diferentes países y estados bajo una misma bandera cuando la situación era insostenible, debido a la escasez de recursos. Ésta prometió conseguir los recursos de donde fuera, obligando a todos los gobiernos a invertir en investigación espacial, exprimiendo las cajas de los gobiernos hasta hacerlos desaparecer, controlando así la totalidad de la economía mundial. Se creó el Megaejercito para, según ellos mismos, la seguridad de la ciudadanía. Después de diversas sondas a los confines del universo conocido, por fin llegó el primer viaje tripulado para la colonización de otros planetas en busca de recursos. El 23 de Marzo del 2154, Megacorporación anuncia que una nave cargada con 100 personas y casi 5 millones de toneladas de carga acaba de ser lanzada al espacio. El viaje se calcula que durará alrededor de 2 años para llegar a su destino. Capella es el destino situado en la constelación Auriga, situada a 42,2 Al de la Tierra. Allí las sondas habían encontrado grandes cantidades de recursos necesarios. Allí se montaría la primera base humana fuera de la Tierra. Tras ésta llegaron 4 más, formando una pequeña red donde los recursos estaban asegurados, aunque los viajes se hacían interminables. Se inventó la hibernación donde la computadora controlaba el viaje mientras los tripulantes dormían plácidamente. Además se habían conseguido unos nuevos motores de electromagnetismo y fusión nuclear, capaces de generar su propia energía y que reducían el tiempo de los viajes a un cuarto. Esto fomento el desplazamiento de grandes cantidades de colonos, en busca de trabajo y fortuna en las nuevas colonias, descongestionando la población de la Tierra en casi un tercio. Los preparativos se estaban llevando con normalidad dentro de lo previsto. La Andrómeda era una nave de carga de última generación. Sería un viaje agradable de nueve meses, con partida desde la estación Casiopea, situada en la órbita de Marte. Según se decía se construyó allí por su situación estratégica en las rutas comerciales hacia la Tierra, descargando así el puerto comercial de la estación Vía Láctea situado en la órbita de la Tierra, saturado cuando empezaron las rutas comerciales fuera de nuestro sistema solar.
 -No tienes por qué hacerlo-Dijo Michael mientras miraba por la ventana de su pequeño apartamento. Un apartamento situado en la planta 56 de un edificio como tantos otros que se habían construido en la colonia de Marte para alojar a los miles de colonos que, llegados de la Tierra, trabajaban en las minas de Almenio y Constrinio.
 -Con tu sueldo, aunque seas capataz, no podemos acceder a un futuro muy prometedor. Además será solo año y medio.  Un simple viaje de ida y vuelta que nos permitirá conseguir nuestros sueños. Luego podremos vivir juntos e ir a la Tierra de viaje de novios. Así conoceremos el mundo de nuestros padres. -contestó Katy con convencimiento.
 -Sabes que no me gusta que te enroles en esos mercantes. -Éste carguero es de última generación , lo estrenamos nosotros. No pasará nada. Cuando vuelva nos casaremos. -Y se abrazó a él dándole un beso.
   Michael correspondió a su abrazo, y la echó sobre la cama, besándola, desnudándola. Empezó a besar sus pechos, unos pechos voluptuosos pero firmes, que automáticamente al contacto con su boca dieron un respingo sus pezones. Ella se estremeció de placer y le acarició el pelo. El siguió besando su cuerpo bajando hacia su vientre y terminando de despasar la cremallera del mono de la Megacorporación. Ella se quitó las mangas de éste, y arqueó la espalda para facilitar que Michael le quitara totalmente el mono. Continuó rozando con sus labios alrededor de su ombligo y bajando hasta su zona pélvica. Él tenía su mono anudado a la cintura, así que ella tiró de su camiseta interior y se la quitó por la cabeza en un segundo. Luego le quitó el nudo que llevaba con las mangas a a la cintura y tiró con fuerza hacia abajo para terminar de quitárselo. Él tumbado de espaldas se dejaba hacer, mientras ella había cogido su miembro con fuerza y se lo había llevado a sus labios, jugando con el glande con su lengua. A cada caricia de ella un escalofrío recorría su espinazo, haciendo que se doblara y estremeciera a la vez. Ella se montó a horcajadas de él y lo cabalgó largo rato, llegando los dos al clímax casi al unísono. Una vez terminado, ella se desmoronó a su lado. La besó en los labios, y se abrazó a ella. Ella todavía intentaba recuperarse del esfuerzo realizado. Así se durmieron los dos enamorados, conscientes que a partir del día siguiente se separaría por un periodo de año y medio en el viaje que ella iba a emprender. Michael se levantó como cada día para acudir a su trabajo. Se dio una ducha y se cambió la ropa interior. Ella despertó y vio como él seguía con su ritual de cada día.
 -¿Qué hora es? - preguntó ella todavía entre dos sueños.
-Van a ser las seis y media. No quise despertarte hasta las siete para que pudieras dormir un rato más.
 -Me voy a tirar nueve meses durmiendo. Prefiero estar media hora más contigo. - Y lo abrazó por detrás besando su cuello. Él se revolvió y la abrazó con fuerza estrechando contra sí el cuerpo desnudo de ella.
    Se despidieron a la puerta de la estación de trenes. Él debía coger el que le llevaba hacia las minas, mientras que ella iría hasta el puerto espacial donde cogería el transbordador que la llevaría a la estación espacial. Una hora más tarde estaba formando cola a la puerta del médico que les hacía la última revisión antes de embarcar en su nueva nave. Pasó todo tipo de pruebas, dando negativo en todo tipo de virus y de afecciones.
 -Perfecto- pensó. Se dirigió hasta el muelle de atraque donde estaba el coloso llamado Andrómeda.
 -Se presenta la cabo Smith, Kate Smith. -Dijo dirigiéndose al puesto de guardia y entregándoles el pase especial que llevaba.
 -Vaya, así que tu eres la supervisora de carga. Muy bien aquí tienes los informes de la carga. Que te diviertas bonita.- Y le entregó el inventario de la carga. Ella suspiró y forzó una sonrisa. Extendió la mano y cogió la pda con todo el inventario. Enfiló el pasillo que la llevaría hasta la puerta de atraque. Allí se presentaría al capitán Homes. Era su segundo viaje con él y el primero había ido todo perfectamente. Se abrió la puerta del muelle de atraque y ante ella se veía un pequeño trozo del lateral de aquella fastuosa nave de carga. Introdujo su tarjeta de identificación en la ranura que había a tal efecto, y se abrió una puerta que le permitía el acceso al interior de la nave. La puerta se cerró tras de sí una vez hubo entrado. Se dirigió hacia la bodega de carga donde en breve empezarían los trabajos para el traslado de todo el material al interior de la bodega.
 -Buenos días cabo Smith, bienvenida a bordo. Soy Andrómeda, la computadora de la nave. Seré su asistente durante la carga. Cualquier cosa que necesite solicítemela.
 -Gracias Andrómeda. Me alegro de tener una voz femenina en la nave.- Dijo mientras se dirigía por los pasillos hacia la bodega. Tal y como avanzaba por los pasillos se encendían las luces por delante suya y apagándose por detrás suyo al pasar por allí. Aquello funcionaba por sensores de movimiento que controlaba la computadora Andrómeda. Al fin llegó a la puerta de acceso de la bodega de carga y apretó el pulsador para abrirla. Ésta se abrió y ante sus ojos se extendía una enorme sala, a oscuras.
 -Luces Andrómeda.
 -Enseguida cabo Smith.- Y acto seguido empezaron a encenderse los centenares de puntos de luz que iluminabas la estancia.
-Si lo desea puede utilizar el vehículo situado a su derecha para desplazarse hasta la entrada del hangar.
-Gracias Andrómeda.- Y subió a una especie de bugui, que iba sobre raíles y solo llevaba una palanca de aceleración. Accionó la palanca a medio recorrido y el vehículo se puso en movimiento a una velocidad bastante elevada. La distancia hasta la puerta de carga era casi de un kilómetro, así que tardó unos treinta segundos en llegar. Cogió la pda y miró el plano de situación de la carga en la bodega. Primero tendrían que cargar la comida prevista para el viaje. Unas dos toneladas. Abrió la puerta de embarque y se dirigió hacia el ordenador de control. Allí conectó la pda a éste. Automáticamente  los robots de carga empezaron a entrar los bultos de diferentes tamaños y a descargarlos en la posición que Kate había diseñado para tal efecto. Ella a través de la pantalla del ordenador controlaba que cada paquete descargado iba a parar al lugar señalado. Cuando empezaron a entrar las piezas enormes que debían servir para la ampliación de la estación Zeus, sabía que ya solo le quedaba un par de horas para terminar. De repente apareció por detrás suyo el capitán. Venía montado en otro vehículo como el que había utilizado Kate para llegar allí. Al bajar el capitán el vehículo que lo lo había traído volvió a la posición inicial. Ésto era debido a que solo había dos vehículos en la bodega para el desplazamiento de personas, así que si aquí había un vehículo ya anteriormente, el segundo vehículo volvía a la posición inicial.
-Buenos días Cabo. ¿Cómo van los trabajos de carga?
-Buenos días capitán. Bien, todo según lo previsto. En menos de media hora estará todo en su sitio.
-Buen trabajo Kate, sigue así. Cuando termines ven al puente, quiero que esté toda la tripulación en el puente de mando para la puesta en marcha de la nave.
-Así lo haré señor.
     Y dicho esto subió al vehículo que había quedado junto a ellos, llevándose el único medio de transporte que quedaba junto a Katy. En unos minutos el vehículo volvió solo conducido por Andrómeda. Terminó la carga de todo el material que había sido previsto y los robots encargados de cargarlo fueron abandonando el hangar conforme descargaban el último bulto que traían. Katy suspiró y desconectó la pda del ordenador, lo apagó y subió al vehículo para volver hacia la zona habitable de la nave. Una vez hubo salido de la bodega de carga se dirigió hacia el ascensor para subir a la cubierta 1. Recorrió el pasillo que daba al puente de mando cruzándose con varios de los robots de mantenimiento que habían en la nave para la conservación y reparación de la misma, y cuyas ordenes las recibía directamente de la computadora central Andrómeda. Ésta se encargaba del mantenimiento de la nave durante la travesía, ya que los tripulantes irían dormidos en sus cámaras de hibernación.
    Todo estaba ya preparado para el inicio del viaje. Solo faltaba la autorización desde la estación Casiopea para poder soltar amarras como lo diría el capitán Asley, Tom Asley.
   El capitán Asley era un hombre experimentado, con más de treinta años de servicio bajo las ordenes de la Megacorporación. Le gustaba compararse con los marinos que antaño surcaban las aguas de la Tierra. Gran amante de la lectura de aventuras y de piratas, utilizaba muchos de los términos que en aquellos libros habían recogidos. Llegó a la entrada del ascensor por el que se accedía al puente de mando y entró en él. Pulsó el botón para subir y en unos segundos se abrieron las puertas. Ante ella se abría una amplia sala donde se encontraban el capitán, los dos timoneles, Jonas y Tommy, encargados del control de la nave, el navegante Pedro, encargado de la cartografía, trazar el rumbo y sortear los posibles campos de asteroides si los hubiera, y los artilleros Olsen y Jensen, encargados de las armas, que habían sido incorporadas para la protección, debido a que, algunos de los cargueros habían sido asaltados por piratas espaciales de otros mundos, dando lugar a que se cogieran medidas preventivas contra estos ataques. Éste era el equipo del puente, pero también habían asistido a la inauguración del navío estelar la doctora Jéssica, encargada de velar por la salud de todos ellos.
-¡Andrómeda abre un canal de comunicación con la estación Casiopea! - Ordenó el Capitán.
 -Canal abierto Capitán Asley.- Contestó la computadora.
 -Aquí el capitán Asley al mando de la Andrómeda, solicito permiso para iniciar maniobras de desatraque.
 -Permiso concedido Capitán. Que tengan un buen viaje.- Contestó una voz por los altavoces.
 -Jonas suelta amarras. Tommy pon rumbo a Delta 5h.
 -¡Si señor! - Contestaron al unísono los dos timoneles. Las presas magnéticas que sostenían el inmenso navío varado en el muelle de atraque se soltaron a la vez, liberándolo. La monstruosa nave espacial de mil quinientos metros de eslora, aunque cabe decir que la inmensa mayoría estaba ocupado por la bodega de carga y los propulsores, comenzó a acelerar separándose progresivamente de la estación Casiopea.
-Alineamiento completado Capitán. Listos para entrar en warp.- Anunció Tommy esperando la orden del capitán.
-¿Algo que añadir teniente Pedro?- Interrogó al navegante.
-No señor.
 -Está bien, velocidad warp tres
-A la orden señor.- contestó Jonas, el otro timonel. La nave aceleró y de repente pasó a la velocidad establecida. Todos los allí presentes se relajaron y se desabrocharon los cinturones de sujeción que les amarraban a los asientos.
-Bien, ya estamos en proa al sistema Delta 5h. Ahora dos semanitas de navegación y en cuanto viremos hacia nuestro destino, podremos irnos a las cámaras de hibernación. -Comentó el Capitán.
 -Tengo hambre. Me comería un magnus entero.- Suspiró Pedro.
-Vayamos al comedor y comamos algo. Jonas haces el primer turno.- Ordenó al timonel.
-Si señor. Guárdarme algo de estofado de termas.- Contestó entre risas.
     El buen ambiente reinaba entre la tripulación, y entre bromas abandonaron el puente de mando todos menos Jonas que se encargaba de controlar los sistemas de navegación. Éste conectó el piloto automático.
 -Piloto automático activado. -Anunció Andrómeda.

domingo, 15 de julio de 2012

SOLO

   Abrió los ojos y miró en rededor.No sabía donde se encontraba.  Estaba empapado a orillas del lago artificial que había en el parque. Debía haber caído dentro perdiendo el conocimiento.Salió del agua y se dirigió a una de las puertas del parque.Empezó a caminar por esa calle desierta mirando hacia el interior de las tiendas. Nada, estaba todo vacío. ¿Donde estaba la gente? Los coches se amontonaban en las calles de manera desordenada. Algunos habían colisionado entre si. Miraba por las ventanillas de los vehículos buscando algún cadáver o alguna señal de lo que hubiera podido suceder. Tampoco había signos de animales, pájaros, gatos, perros...
   Llegó a un cruce donde al parecer había una concentración máxima de vehículos. La gente había intentado salir hacia el exterior de la ciudad sin conseguirlo. Se dirigió hacia una tienda de electrodomésticos con la esperanza de que los televisores estuvieran en marcha con algún canal de noticias que le pudiera aclarar que había sucedido. Entró por la puerta dirigiéndose a la sección audiovisual. Los televisores estaban en marcha. Algunos tenían una película puesta, y otros estaban "sin señal". Se dirigió al estante de las radios, cogiendo una la conectó a un enchufe, y empezó a sintonizar alguna emisora. Nada, no emitía nadie.
   Cada vez estaba mas nervioso. Fue a la sección de informática. Tenía la esperanza de que alguno de los ordenadores que habían allí tuviera internet para poder conectarse a las redes sociales y pedir auxilio. Empezó a revisar uno por uno los ordenadores conectados. Ninguno tenia señal ni de wi-fi ni de internet por cable. Corrió hacia la sección de telefonía. Cogió un móvil, abrió uno de los cajones del stand y sacó uno de los sobres donde había una tarjeta de prepago. La introdujo en la ranura del móvil y lo volvió a montar. Inició el terminal y puso el pin que le venía en la tarjeta. Perfecto arrancaba sin problema. Pero al intentar llamar se dio cuenta que no había cobertura. Salió fuera de la tienda esperando tener mas suerte. Nada, no había cobertura fuera tampoco. Volvió a entrar a la tienda y en uno de los stands de información descolgó un teléfono que tenían allí. Lo lanzó contra el mostrador, tampoco tenía linea. Salió de la tienda y empezó a caminar errático.Llegó a la altura de una tienda de comestibles con la puerta abierta. Entró dentro con la esperanza de encontrar a alguien. Sabía que si el dueño estaba, aunque fuera escondido si el robaba algo de comer saldría a detenerlo. ¡Claro! ¿Por que no lo había pensado antes? Se dirigiría a una oficina bancaria y haría saltar la alarma. Así la policía vendría a detenerlo, y seguro que le darían  una explicación de lo que había pasado.
     Cogió dos barritas de chocolate y se puso a buscar una oficina bancaria. Tres calles mas abajo la encontró. Se dirigió hacia ella y entró por la puerta sin demasiados problemas. Estaba todo como si la gente hubiera tenido que salir precipitadamente. Accedió a los puestos de cajeros. El dinero estaba allí, pero no lo tocó. Buscó algún tipo de interruptor que accionara la alarma. ¡Bingo! Estaba debajo del mostrador. Apretó el botón  y salió fuera. Su corazón se había acelerado considerablemente. La alarma chillaba como una descosida taladrando sus tímpanos. Después de media hora esperando con un dolor de cabeza insoportable por culpa de la alarma, se dio por vencido.Se dirigió hacia una farmacia. Necesitaba algo que le calmara la migraña que le había producido la alarma. Encontró una no muy lejos de allí, vacía. Procedió a coger cajas de antibióticos, aspirinas, esparadrapo, tiritas, etc. Quería tener buena reserva.   Tenía que montar algún tipo de plan para subsistir mientras no cambiara la situación. Entró en un concesionario de vehículos todo terreno, buscando las llaves de una de las pickup. Esta le serviría para cargar provisiones. Se dirigió a la tienda de comestibles que había estado antes, y empezó a meter en un carrito todo tipo de latas de conservas. Al mismo tiempo iba cogiendo de la sección de congelados todo tipo de pescado y carne que se pudiera guardar en el congelador. También cogió de la sección de verdura mucha cantidad de pimientos, pepinos, cebollas, ajos, tomates etc. Salió fuera y empezó a cargarlo todo en la camioneta. De repente, vio a lo lejos alguien que cruzaba la calle. Subió a la camioneta y se dirigió a toda velocidad hacia allí. Al llegar a la altura, la persona había desaparecido. Empezó a gritar y a tocar la bocina llamándola con la esperanza de que lo escuchara.
   Pero fue inútil, no apareció nadie. Empezaba a dudar de su cordura. Necesitaba creer que no era el único superviviente de...fuera lo que fuera lo que había sucedido. Volvió a la tienda de comestibles y terminó de cargar. Volvió dentro y cogió varios paquetes de agua embotellada, así como de cerveza y de cola.
   Subió a la camioneta y se dirigió hacia su casa. Vivía en una casita adosada. Bajó de la pickup y abrió la puerta del garaje. Sacó su viejo vehículo de allí, dejándolo aparcado en la calle. Entró la camioneta y cerró el garaje. Después de distribuir la comida en los armarios y congelador, se dirigió al baño y se dio una ducha. Se afeitó y se cambió la ropa. Bajó al garaje y sacó la camioneta de este. Se dirigió hacia una gasolinera y le llenó el deposito. Se iba a dedicar a dar vueltas por la ciudad. Seguro que al final conseguiría encontrar a  alguien. Empezó a rodar por la ciudad, a velocidad lenta. Quería asegurarse de que distinguía cualquier movimiento que se produjera. Así que después de tres horas dando vueltas, al final desistió. Se fue  a casa. Tenía hambre e iba a prepararse un buen bistec con verduras. Mañana volvería a "patrullar" las calles.
   Conforme pasaban los días se volvía mas descuidado en sus maniobras.Dejaba las tiendas destrozadas, conducía por encima de la acera. Incluso saqueaba bancos y guardaba el dinero en la bañera de la casa de al lado. Se había trasladado a la zona residencial alta. La que estaba a las afueras de la ciudad. Prácticamente ni se aseaba. Casi siempre iba borracho. Se había dejado perder totalmente y estaba perdiendo la cordura. Se hizo con una emisora de onda corta, y todos los días la ponía en marcha cambiando canales por si conseguía captar algo. Así día tras día aquella situación se convertía en una desesperación. Iba a toda velocidad por las calles esquivando los vehículos que habían tirados por allí. Se había convertido en un juego para él. Hoy tocaba patrullar la zona norte. Era donde había visto por primera vez a aquella persona a lo lejos.  Quizá hoy tuviera suerte. Iba a gran velocidad, sorteando los obstáculos. De repente salió de su izquierda una mujer, rubia , mediana edad,que salía de una tienda de comestibles haciéndole señales con los brazos. No la pudo esquivar llevándosela por delante. El impactó la proyectó unos diez metros por el aire.
    Salió del coche y se aproximó a ella a toda prisa. La había matado. Se sentó a su lado y se puso a llorar como un niño. Su estado de desesperación había llegado a cotas máximas. Cuando se calmó, subió al coche y empezó a aumentar la velocidad considerablemente. Tenía la mente nublada. Sabía lo que iba ha hacer y pisó a fondo.
   No se había puesto el cinturón y el impacto con el camión que había en la calle lo proyectó a través de la luna delantera.
    Salieron de detrás de un edificio alertados por el impacto. Eran tres, dos mujeres y un hombre. Se dirigían corriendo hacia él. Intentó moverse pero no pudo.Había caído con tan mala fortuna que se había incrustado el limpiaparabrisas del coche en su espalda, perforando un pulmón. Los vio llegar hasta él e intentaron levantarlo. .Intentó decirles algo, pero lo único que consiguió fue esputar sangre. Luego cerró los ojos para no volver ha abrirlos nunca más.