lunes, 30 de abril de 2012

Sombra oscura cap 19

El capitán invitó a sentarse a la pareja en un cómodo sofá que se encontraba en uno de los laterales del camarote. A continuación les ofreció cualquier tipo de bebida que quisieran consumir. Éstos lógicamente lo rechazaron. Jon tenía cara de pocos amigos. Sabía que estaban jugando una de sus últimas bazas y en ello les iba su existencia por así decirlo. Observaba al capitán que estaba sudando. Se encontraba incómodo en aquella situación. Habían acusado a uno de los más ricos que viajaban allí. Además era una persona que se había mostrado amable y educada en el trato, más si cabe generosa, pagando la barbacoa de la noche anterior. Su cabeza daba vueltas. El empleado debía haberse equivocado en señalarle a él. Estaba oscuro, como bien había dicho el empleado al contarle lo sucedido. -Bueno- Dijo después de carraspear – No sé por dónde empezar. Es una situación embarazosa para mí y quisiera tener el máximo tacto posible en afrontarla. -Tranquilícese capitán. - Suavizó Jon con un tono bastante afable. -Pues el tema es que... anoche, prácticamente al amanecer, alguien arrojó al mar el cuerpo sin vida de una mujer. Uno de los empleados del barco afirma que le vio a usted echándola al mar... Jon soltó una carcajada y respondió: -Perdone que me ría capitán, pero a esas horas si no recuerdo mal estaba en nuestro camarote haciendo el amor con mi mujer. - Soltó en tono distendido mirando a su pareja. Elly se ruborizó y asintió con la cabeza. El capitán cada vez tenía más claro que había sido un error. Mandó llamar al trabajador, para que rectificara en su acusación. En unos minutos se presentó allí. Los miembros de seguridad le dejaron pasar. -¿Cómo te llamas chico?-preguntó el capitán que estaba rojo de ira. El muchacho, que vio como el capitán le observaba furibundo tardó unos instantes en contestar. -¡Contesta! -Señor, soy Alejandro. -Bien Alejandro. ¿Es éste el hombre que viste anoche? Jon que se esperaba algo así, intervino en la mente del joven haciendo que sus recuerdos fueran confusos. Empezó a balbucear. -Yo señor...estaba oscuro...no...no veía bien. Posiblemente me equivoqué. Pero se le parece tanto. Yo.. no sé... -¡Sal de aquí! Ya hablaremos luego tú y yo.- Ordenó el capitán. El chico obedeció con lágrimas en los ojos. Estaba confuso. No podía articular dos palabras seguidas. Y encima el capitán la había tomado con él. Perdería el trabajo y, lo que es peor, posiblemente le acusarían de perjurio y no le pagarían. Estaba desolado. -Capitán – Empezó Jon una vez hubo salido el joven de la habitación – No sea demasiado duro con él. Estaba oscuro y supongo que tendría miedo del sujeto. -Es intolerable que un miembro de mi tripulación acuse a una de las personas del pasaje sin fundamentos. Haré que despidan a ese inútil. -Por favor capitán. Sea comprensivo. Quizá tenga una familia y dependa de su sueldo para mantenerla. Déjelo solo en una reprimenda. Pues no quisiera que por un malentendido se le echara de su trabajo. Por mi parte todo está olvidado. ¿Verdad querida? - Dijo girándose hacia Elly. -Claro cariño. Pobre chico tendría sueño, unido a la falta de luz, le hizo ver lo que no era- Se congració ella con lo que acababa de decir su marido. El capitán ya más tranquilo después de las palabras de sus huéspedes se relajó y se levantó a servirse un whisky con hielo en un vaso. -¿Les puedo invitar a algo?- Dijo girándose hacia la pareja. -Otro igual capitán, gracias.- contestó el vampiro. Mientras le dijo a Elly que abandonara la habitación y que fuera hasta su camarote. Él iría dentro de un rato. -Yo debo marcharme capitán. Tanto emoción me ha agotado. Iré a nuestro camarote y me acostaré. - Dijo ella levantándose. -Uno de mis hombres la acompañará hasta allí. El asesino continua suelto.- Le comunicó el capitán. Dio orden a su jefe de seguridad que un hombre la acompañara a su camarote y que continuaran vigilando por todo el barco. En menos de dos horas atracarían y no quería que sucediera nada más. Ella salió de la habitación acompañada por un miembro de seguridad. El capitán entregó a Jon un vaso con el whisky que le había servido. Éste miró el vaso e hizo una mueca. -Es uno de los mejores que existen en el mundo. Es uno de los pocos vicios que tengo señor Leslie. -Debe ser muy bueno. Yo no acostumbro a beber alcohol. Pero un día es un día. - Y levantando el vaso lanzó un brindis. - Por un final feliz. -Por un final feliz. - Suspiró el capitán.

martes, 24 de abril de 2012

Sombra oscura cap. 18

A las diez de la mañana llamaron al capitán. Habían recuperado un cuerpo que, supuestamente, había tirado un pasajero por la borda. Apareció por la enfermería donde tenían el cuerpo sobre una camilla. Era una mujer joven, morena, de unos treinta años, que al parecer había muerto en circunstancias extrañas. -Buenos día doctor Smith. ¿Qué ha ocurrido? -Parece ser que han asesinado a esta joven. Estoy todavía examinándola. Pero yo no soy forense y no se hasta que punto podré averiguar la causa de la muerte. -¡Dios! Esta travesía está maldita. ¿Cree usted que es conveniente llamar de nuevo a la policía española? -Deme unas horas hasta que inspeccione el cuerpo. Haber si consigo averiguar algo. -¿Dónde está el limpiador que vio como tiraban el cuerpo? - Dijo girándose hacia el marinero que le había acompañado. -Se encuentra en 3ª clase. Está terminando su turno.-Contestó éste con celeridad. -Está bien. Haga que lo envíen a mi camarote enseguida. Quiero hablar con él.- Y con esto salió de la enfermería. Al salir por la puerta se dio la vuelta y se dirigió al doctor. -Manténganme informado.- Y cerró la puerta tras de sí. Diez minutos después llamaron a la puerta del camarote del capitán. -¡Adelante! -Buenos días señor. -Siéntese- Invitó el capitán al trabajador. -Gracias señor. -Está bien, cuénteme lo que ha visto. -imperó el capitán. -Si señor. Pues verá yo estaba cambiando del pasillo C al pasillo D para continuar con mi rutina. Tengo que decir que me las arreglo para llegar al final del pasillo de manera que, para cambiar de pasillo, en vez de ir por el interior lo hago por cubierta. Me gusta notar el fresco de la mañana. -Por favor vaya al suceso. No tengo demasiado tiempo.- Rogó el capitán algo impaciente. -Pues bien, como le digo estaba cambiando por la cubierta exterior de pasillo cuando vi que desde la puerta del pasillo F salía un caballero con el cuerpo de una mujer en brazos. Sin mediar palabra la tiró por la borda. Le grité que se detuviera, pero cuando lo hice se metió dentro del pasillo F y desapareció de mi vista. -¿Pudo verle la cara? - Interrogó el capitán cada vez más nervioso. -A medias señor. -¡Explíquese! -Ordenó el capitán. -Bueno lo vi de perfil señor. Además no había demasiada luz y fue un instante. Pero si lo volviera a ver es posible que lo reconociera. Era un tío elegante, bien vestido, y con gran altivez en sus gestos. Un rico me atrevería a afirmar. -¿Me está diciendo que un caballero de 1ª clase es el causante de esa muerte? -Sí señor. Seguro al cien por cien no, pero yo creo que sí en un noventa y cinco por cien. Ese porte no es normal en un hombre corriente. -Está bien haremos lo siguiente... Sobre las siete de la tarde Jónathan ya se había duchado y vestido. Estaba alterado. Presentía el peligro, pero no sabía por qué. Elly estaba en esos momentos en la ducha. También estaba más callada de lo habitual, aunque no habían comentado nada entre ellos. Se sentó delante del portátil como hacía cada día al levantarse. Le gustaba mirar los resultados de la bolsa, ver como las acciones de sus empresas crecían o disminuían de valor. En definitiva, estar enterado de todos los movimientos que habían sufrido durante la jornada. Por debajo de la puerta deslizaron una nota. Era del servicio del comedor. Servicio de comedor El capitán informa: Están invitados a la gran cena de esta noche en la que se revivirán los años 70. El servicio empezará a las 21:30 horas. Elly salió del baño. Iba enrollada en una toalla que definía sus curvas. -¿Qué es eso Jon?-Interrogó la joven. -Una invitación a la cena de esta noche en el gran comedor.- respondió con desgana. -Debería comprarme otro vestido para hoy. Y tú estarías impecable con un traje blanco. Parecerás el mismísimo capitán. -Le imploró con carita de ángel. -Está bien. Vístete rápido y vamos haber que encontramos.-Accedió. Era incapaz de negarle nada. Además un traje blanco cambiaría su habitual vestimenta, siempre con trajes de Armani negros. Salieron de la habitación y se dirigieron a la zona comercial del barco. Entraron en una tienda de vestidos de noche para mujer. Elly se probó dos y al final como no le acababan de gustar, se probó un tercero que le quedaba espectacularmente bien. Compró unos pantys en negro, que se pondría con aquel traje de falda corta, por encima de las rodillas, ajustado a la cadera que realmente le realzaba sus curvas y la hacía parecer una diosa. Salieron y fueron en dirección de la tienda que había de trajes para caballero, donde tenían trajes de todas las marcas. Encontraron un traje en color hueso muy claro, casi blanco de Mássimo Dutti. Elly insistió a Jon para que se lo probara y éste accedió. La modista del local le arregló los bajos en unos minutos, así que fueron a la habitación para cambiarse, ya que eran las nueve de la noche y tenían poco tiempo. Llegaron al gran salón y se sentaron en una mesa particular para los dos. Jon no quería estar con nadie aquella noche. Todavía tenía esa sensación de peligro. Empezaron a sacar los primeros platos, que consistían en una ensalada de mariscos con salsa rosa. Hoy habían más camareros de los habituales. Estaba inquieto y ella se percató de ello. Le miró interrogándole, y éste le respondió telepáticamente que tenía una extraña sensación aquella noche. -Yo también- Susurró ella. -Debemos estar atentos a cualquier cosa que esté fuera de lo normal. Ella asintió. Intentaba usar sus sentidos, expandirlos como había visto a Jon hacerlo antes. Él estaba allí, serio, casi con los ojos cerrados, concentrado en todo lo que ocurría a su alrededor. Ella observaba a su alrededor, sonriendo aquellos comensales que se giraban al sentirse observados. De repente uno de los camareros que salía de la cocina cruzó su mirada con Jon. Pasó por el lado de la mesa sin decir nada, pero Jon sintió su nerviosismo. Iba temblando con dos platos en las manos. Lo normal en aquellos camareros, que habían sido seleccionado entre una gran afluencia a las entrevistas de trabajo, era llevar de dos a tres platos por mano. Algo no cuadraba. -Debemos irnos Elly.- imperó Jon levantándose. Ella obedeció y se levantó. Se dirigieron con celeridad, pero sin correr hacia la puerta que daba a la cubierta exterior. Allí había apostado un miembro del V. S. que se habían colocado en cada salida. Jon penetró en la mente de éste para que abriera la puerta y les dejara pasar. El guardia le obedeció como un corderito. Mientras el falso camarero, pues era el miembro del servicio de limpieza se había acercado a la mesa del capitán para indicarle que había identificado al caballero que arrojó el cuerpo de la mujer la noche anterior. Pero al señalar hacia la mesa donde instantes antes estaban la pareja, la sorpresa se apoderó de él. El capitán del barco llamó al maitre y le preguntó quién se había sentado en aquella mesa. Cual fue la sorpresa del capitán cuando éste le informó que había sido ocupada por los Leslie. -¿Estás seguro? - interrogó al limpiador levantando la voz. Mientras el jefe del servicio de vigilancia se había acercado a la mesa y esperaba ordenes del capitán. -Sí señor. Era él. No puedo equivocarme.-contestó nervioso el falso camarero. -Señor Collins busquen a los Leslie por todo el barco si es preciso y traíganles a mi presencia. - Ordenó el capitán. -Voy enseguida señor.- Y dicho esto hizo un gesto a sus ayudantes y salieron por la puerta que minutos antes había salido la pareja. -¿Por qué no les has detenido?- interrogó al guardia que estaba allí apostado. -No lo sé señor. Todo está confuso en mi cabeza. Es como si me hubieran hipnotizado por unos instantes. - contestó sonrojándose por el bochorno que estaba pasando. Salieron los cuatro por la puerta y el señor Collins pidió que se unieran a ellos cuatro hombres más de su servicio. Allí distribuyó a su gente por las diferentes puertas de los pasillos, siempre en parejas, para evitar ser sorprendidos. No sabían por donde habían ido, así que empezaron desde la puerta A a la D. Tenían que entrar en todas las habitaciones y registrarlas. Llevaban llaves maestras para el cometido, con lo que no tendrían que forzar ninguna puerta. A los veinte minutos se volvieron a encontrar en la cubierta de 1ª. -Nada señor- Informó uno de los miembros que había ido por el pasillo A. Los demás equipos también negaron con la cabeza al cruzar su vista con la mirada inquisitiva de su superior. -Prosigamos. - Repartió los equipos por las diversas puertas que quedaban hasta la F. -Maxwell, vosotros y nosotros a segunda clase. Tú por la escalera de babor. Yo por la de estribor. Cuando terminéis aquí arriba bajad con nosotros. - Y dicho esto cada equipo fue hacia su destino. -Quedan solo unas horas para llegar al puerto de Portsmouth. Debemos aguantar sin que nos pillen. -Alentó Jon a Elly. -Podríamos ir a 3ª clase. Con los chicos que hemos entablado amistad. Allí nos podríamos esconder hasta que atraquemos. -¡No! Debemos estar moviéndonos continuamente. Si nos quedamos quietos nos atraparán y no tengo ganas de provocar una carnicería entre esta gente. Continuaron moviéndose por 2ª clase. Estaban en el pasillos F. Jon sentía como los miembros del servicio de vigilancia se acercaban por los pasillos A y B. Cuando éstos entraron en las habitaciones procediendo a su registro, ellos aprovecharon para salir a la cubierta exterior en busca de la escalera que les devolviera a 3ª clase. Pero se encontraron de cara con uno de los grupos que se habían quedado en la cubierta superior registrando los pasillos que quedaban. -¿Señor Leslie? Debe acompañarnos- Dijo uno de estos desabrochando su chaqueta dejando ver la pistola que colgaba en un lateral. -Muy bien no se ponga nervioso. Solo estábamos dando un paseo. ¿Creo que todavía no es delito eso verdad?- contestó mientras fijaba su vista en su interlocutor. -El capitán quiere hablar con ustedes. Por favor sea tan amable de acompañarnos.- Espetó el miembro del servicio de vigilancia que cada vez estaba más nervioso. -Como usted diga. - tranquilizó Jon Mientras el otro miembro del V. S que se había mantenido unos tres metros por detrás de su compañero sacó un walki-talki y comunicó al resto de integrantes del equipo de búsqueda que habían encontrado a la pareja y que estaban al pie de las escaleras que accedían a 1ª clase. La gente pasaba y se quedaba mirando la situación un poco estrambótica que se había creado. Subieron por las escaleras y doblaron hacia la popa del barco. Allí había una escalera que daba al puente de mando, donde el capitán se encontraba. Estaban aproximándose al puerto de destino y tenía que controlar las maniobras de aproximación al puerto, así como contactar con jefatura portuaria para recibir instrucciones. Llamó el miembro de seguridad a la puerta, segundos después se abrió la puerta y apareció la figura del capitán. -Siento haberle tenido que llamar de esta manera señor Leslie. Debemos aclarar lo que supongo que ha sido un mal entendido. -Intentó suavizar la situación. -No se preocupe. Pero espero una explicación a este atropello por parte de sus hombres, que si bien no han llegado a amenazarnos, lo cierto es que ha querido ser bastante persuasivo.- Se quejó Jon al capitán. -Vayamos a mi camarote. Eric toma el mando. Mantén informado a jefatura portuaria y sigue sus instrucciones. Y manda avante un tercio. Retrasaremos la entrada en el puerto hasta que se haya aclarado este desgraciado incidente.-Dijo dirigiéndose a su segundo al mando. Éste asintió. Salieron del puente de mando y se dirigieron por un pasillo interior a uno de los ascensores que daba directamente al pasillo de los camarotes de los oficiales. Tras un breve paseo por el pasillo llegaron al camarote del capitán. Éste les invitó a entrar.

miércoles, 18 de abril de 2012

Sombra oscura cap. 17

El capitán dio ordenes a uno de sus miembros de seguridad de que acompañara a Jonh a la cubierta donde estaba celebrándose la barbacoa. No puso reparos y siguió al miembro del V.S. (vigilant service) hasta salir a la terraza. Allí la gente estaba muy animada. Se habían formado diversos grupos en los que la gente charlaba animados o jugaba con los más pequeños para entretenerlos. Los jóvenes se habían acercado al improvisado escenario donde se cantaba en un karaoke. Cerca se encontraba Elly, disfrutando junto con sus nuevos amigos. Había subido un par de veces a cantar para el deleite de todos los congregados. Ya de por sí tenía una bella voz, que se había visto reforzada por su condición de vampira. Jónathan se aproximó por detrás y la estrechó entre sus brazos. Ella se estremeció al contacto con su piel. Se giró y le dio un beso. -¿Ocurre algo? Se te vé preocupado. - interrogó la joven frunciendo el ceño. -Han abatido a un licántropo dentro del barco. Es el que había matado a dos pasajeros en una habitación. -Le contestó telepáticamente para evitar que se montara una escena de pánico entre la gente. -¿Un qué? - Preguntó extrañada por la contestación, aunque en voz baja. -Un hombre lobo. Estos días a habido luna llena y por eso se ha convertido en el barco. Aunque hacía mucho tiempo que no se hablaba de ataques de este tipo. Por norma general en estos días de luna llena se marchan a los bosques y los pasan allí, evitando hacer daño a la gente. - explicó Jon con paciencia. Veía en la cara de su amada la excitación de alguien que se encuentra frente algo nuevo. -Siempre había creído que eran cosas del cine.- dijo ella en un susurro casi imperceptible pero audible al oído de Jon. -También creías que los vampiros eramos una fábula y mírate, ahora eres una de ellos.- sonrió mientras le contestaba. Jon detectó movimiento al otro lado del barco y cogiendo a Elly de la mano la llevó con él hacía allí. Se quedaron a unos diez metros de la escena, en la que la guardia civil bajo el mando del capitán Alonso abandonaban el barco. Bajaron el cuerpo en una bolsa para cadáveres del hombre que minutos antes había sido una pesadilla para todos. Luego descendieron por la escalerilla el resto del destacamento de guardia civil. El capitán del barco le agradeció su intervención en el conflicto, y el capitán Alonso, cuadrándose y con ademán militar, saludó al capitán. Este le devolvió el saludo y luego le alargó la mano. El capitán de la guardia civil se la estrechó. Bajo la escalerilla y abordó la patrullera que la guardia civil utilizaba para custodiar las costas españolas. Ésta puso los motores en marcha y se dirigieron hacia la costa española que no se divisaba en el horizonte. El capitán del navío dio un suspiro aliviado de haberse quitado aquel problema de encima. Al darse la vuelta vio como la pareja los observaban a una cierta distancia, y se dirigió hacia ellos. -Siento que todo esto haya ocurrido. Es la primera vez en todos mis años a bordo de cualquier barco que ocurre una cosa así. - intentó disculparse el capitán. -No se preocupe. Usted no es responsable de lo que ha pasado aquí esta noche. Ha actuado acorde a su condición de capitán. Rápida y eficazmente, llamando a las autoridades más cercanas y solventando el problema. - consoló Jon al abatido capitán. -Hemos registrado el barco de cabo a rabo. Vuelve a ser seguro completamente. Espero que lleguemos por fin a puerto sin más contratiempos. - y dicho esto suspiró. Jon sonrió maliciosamente. -Por cierto señora Leslie me han informado que tiene una voz muy bonita. Sería un placer, si usted quiere. poder oírla. -Por supuesto capitán, el honor será mío.- Y dicho esto se cogió del brazo del capitán y se dirigieron hacia la fiesta. Jon les seguía contento de que todo se hubiera salido bien y que nadie sospechaba de ellos. La fiesta terminó a altas horas de la noche, prácticamente de madrugada. El capitán hacia rato que se había retirado a sus aposentos. Elly seguía conversando con los amigos de 3ª mientras que Jon parecía ligar con una mujer de unos treinta años. Elly en un principio no le dio importancia, pero conforme iba pasando el tiempo y veía que aquella mujer no paraba de firtear con su esposo, iban creciendo en ella unas sensaciones de desasosiego y nervios. Estaba celosa. Se quedó mirando la escena, tenía la cara encendida por la ira que la iba consumiendo. De repente Jon la miró y con una sonrisa en los labios le dijo telepáticamente -Habitación 229. Es la cena querida. Ella rió para sí misma. Que tonta había sido. Él solamente estaba buscando una víctima. Los vio desaparecer por la escalera que bajaba a 2ª clase. Cinco minutos después siguió los pasos de su compañero y su víctima. Llegó a la puerta de la habitación que le había indicado Jon. El servicio de vigilancia ya no estaba por los pasillos, y la gente dormía profundamente. Eran casi las cinco y media. Estaba a punto de amanecer. Tenían que ser rápidos. La puerta estaba entornada así que con sumo cuidado la empujó. Al abrirla vio como la acompañante de Jon estaba en ropa interior y le estaba haciendo una especie de baile de seducción. Éste sentado en una silla observaba a la bailarina, que de espaldas a la puerta no se dio cuenta que Elly había entrado y se aproximaba a ella. No tuvo tiempo ni de gemir. En parte por el hambre que sentía y en parte por la rabia que le daba que Jon estuviera con aquella mujer, se abalanzó sobre ella con furia. Empezó a succionar con fuerza provocando que la mujer perdiera el conocimiento. -¿No me vas a dejar nada? - Interrogó Jon sonriendo al ver que había despertado los celos en ella. Levantó la cabeza, dejando ver sus colmillos ensangrentados y le replicó- No lo mereces. Pero termina tú. Yo estoy llena. - y la echó sobre la cama. Se apartó de allí mirando a través de la redonda ventanilla. Empezaba a clarear. Él se aproximó al cuello de su victima Cuando terminó el festín. Cargó sobre su hombro izquierdo el cuerpo e instó a Elly a que abriera la puerta. Ella obedeció y salió al pasillo. Él la siguió. Ella iba delante cuidando de que nadie les descubriera. Llegaron a la puerta que daba a la cubierta y Jon agudizó todos sus sentidos buscando señales de movimiento por fuera. Estaba todo en calma. -Esperame aquí. La luz del día empieza a ser demasiado fuerte y te puede dañar. Todavía eres demasiado joven para aguantar. Ella asintió y le abrió la puerta. Salió cargado con el cuerpo y miró hacia los laterales. No había nadie. Todo estaba tranquilo. Se aproximó a la barandilla para arrojar el cuerpo y al soltar éste, desde el otro lado de la pasarela que recorría el barco de popa a proa lateralmente se oyó- Alto ¿Que hace? Jon no esperó a ver quien era. Se volvió donde estaba Elly. Tenían que llegar hasta la habitación donde estarían a salvo. Iban caminando a buen ritmo, pero sin correr. No querían llamar la atención. Aunque en los pasillos no se veía a nadie. Subieron a 1ª clase por las escaleras interiores y se dirigieron hacia el pasillo donde se encontraba su habitación. Se cruzaron con un miembro de la tripulación que debía de estar limpiado los pasillos. Acababa de entrar a trabajar y todavía estaba medio dormido. No se fijó en ellos, aunque al pasar por su lado si que les profirió un -Buenos días - Ellos contestaron y siguieron hasta llegar a la habitación. Al entrar en ella, Elly se dejó caer en la cama. Su cuerpo pedía descansar ya y no podía resistir esa tentación. Así que se quedó completamente dormida. Jon tenía un poco más de aguante y se desvistió. Luego la tapó con la colcha y se acostó a su lado. Allí quedaron los dos dormidos en el nuevo día que entraba.

jueves, 12 de abril de 2012

Sombra oscura cap. 16

Jon despertó algo sobresaltado. En el exterior del camarote la gente iba y venía con nerviosismo. Se levantó y se sentó delante del escritorio donde tenía el portátil. Lo enchufó y esperó a que se conectara a internet. Al momento accedió a noticias internacionales. En portada venía una noticia que le erizó el vello del cuerpo. Se confirma la existencia del monstruo en el Queen Elisabeth. Empezó a leer el contenido de la noticia. En ella se explicaba el descubrimiento de un matrimonio de 2ª clase que había sido encontrado en su habitación descuartizado. La noticia hacía referencia a que el camarote se encontraba totalmente salpicado de la sangre de ambos, que los cuerpos habían sido descuartizados y devorados en parte. Después venía publicada una entrevista con el capitán que hacía referencia a la seguridad del buque. Iban a enviar un equipo de protección desde España, país que estaba más cerca del buque en ese momento. El equipo era, según rezaba la noticia, fuerzas de élite de la Guardia Civil española. También hacía mención a que el oficial al mando de aquel grupo operativo era el capitán Alonso. Elly se acercó con sigilo a Jon y lo abrazó dándole un beso en el cuello. -Buenos días amor. -Dijo ella todavía medio somnolienta. -Buenos días. -Contestó él de forma seca. Estaba demasiado metido en la pantalla para darse cuenta de lo que le decía su amada. -¿Ocurre algo?- Preguntó preocupada por el tono en que le había contestado. -Mira. - Y le giró la pantalla del portátil para que ella pudiera leerlo. Unos instantes después, Elly ya había terminado de leer la noticia y preguntó: -¿Quién puede haber hecho algo así? ¿Será verdad que hay un monstruo, aparte de nosotros, en el barco? -No lo sé, pero lo que más me preocupa es que la seguridad del barco se va a endurecer enormemente, hecho que nos perjudica claramente. En los 3 días de travesía que quedan posiblemente no tendremos ocasión de volver a alimentarnos. Aunque igual se me ocurre algo para solucionarlo. De momento seremos prudentes. Se arreglaron como cada noche. Hoy, Jon no tenía ganas de juegos, estaba preocupado. Cuando terminaron de maquillarse para disimular la palidez, se colocaron las pegatinas con el numero 423 que era el de su habitación. La más lujosa de todo el barco, también la más cara. Abrió la puerta y en la esquina del pasillo había un miembro de seguridad que al verlos se acercó. -Buenas noches.- Empezó Jon. - ¿Qué se sabe de lo ocurrido anoche? -Buenas noches. Realmente solo se sabe que los cuerpos estaban destrozados y que hay pisadas en el suelo de animal, así que se está haciendo una batida por todo el barco para encontrarlo. Han subido a bordo miembros de la policía española. Llevan perros de rastreo y todo. Nos han dicho que informemos a los pasajeros que se abstengan de pasear por el barco y que se concentre toda la gente en el comedor de cada clase. Así evitarán más desgracias. Según el jefe de la policía, el capitán Alonso, dice que pronto lo cogerán. Así que si son tan amables diríjanse al comedor y no se desvíen. Haciendo caso a las indicaciones del seguridad, se dirigieron hacia allí. Los pasillos estaban vigilados por agentes armados. Era casi imposible que se escapara aquella bestia. Al llegar al comedor la gente estaba muy alterada. Nadie había pedido la cena. Estaban todos muy nerviosos. Jon se aproximó al maitre del comedor, y le pidió que le trajera a la habitación dos raciones de hígado de buey en crudo, y que rellenara la nevera con cervezas. Quería también una barbacoa. -Eso es imposible señor. No se permite hacer fuego en las habitaciones. Comprenda usted que es muy peligroso. -Explicó el jefe de la sala. -Está bien. ¿Pero sí que se podría hacer en la cubierta, verdad?. Quisiera dar una pequeña fiesta para nuestros amigos. - Insistió Jon. -Lo consultaré con el capitán y si él lo considera oportuno se le conseguirá lo que necesite. -Mira, mejor todavía, quisiera dar una gran barbacoa para todo el barco. Todo a mi cuenta. No habrá problema por el dinero. Todos están invitados.- Dijo el vampiro con gran vehemencia.-Con los miembros de seguridad allí no creo que haya peligro. Éste salió en dirección a su pequeño despacho situado en una esquina del comedor, cogió el teléfono y marcó. Al momento Jon vio como hablaba con alguien. Al minuto, volvió junto a la pareja, con una sonrisa de oreja a oreja. -El capitán ha accedido ha realizar la barbacoa en la cubierta de las piscinas. Es la más grande y será fácil controlar a toda la gente para que no se pierda nadie. Él mismo hará las gestiones pertinentes para que se realice. Dentro de una hora se trasladará a todos los pasajeros de las tres clases hacia el punto de encuentro. Allí las fuerzas de seguridad tomarán posiciones y se podrá disfrutar de una velada fantástica. Ahora mismo daré orden a los cocineros para que preparen toda la comida y las barbacoas en la cubierta. -dijo el maitre bastante excitado. Le parecía una gran idea la que había tenido el señor Leslie. Además era muy generoso por su parte invitar a todo el barco. -Una cosa más si no es mucho pedir.-continuó Jon. -Quisiera que nos dejaran un par de bandejas de hígado de buey fresco en nuestra habitación. Así, cuando nos incorporemos a la fiesta podremos llevar lo que nos han de servir. ¡Ah! Y también una botella de vino, Ribera del Duero a ser posible. -Como desee. Ahora doy orden de todo. -Confirmó el maitre. Dicho esto se alejó y empezó a dar órdenes a los camareros de que se fuera informando a los pasajeros de la barbacoa que se iba a hacer en cubierta. Éstos lo acogieron con júbilo. Por fin tendrían una distracción dentro de aquel confinamiento. Jon le dijo a la joven que lo siguiera. Volvieron a la habitación y esperaron unos minutos charlando. Ella no entendía todo aquel jolgorio que había montado su amante. Éste no quiso explicarle nada. Sería una sorpresa. Llamaron a la puerta. Jon abrió y allí había un camarero que traía un carrito donde se veía un par de botellas del vino que él había pedido y una bolsa, en cuyo interior estaban las bandejas de hígado. El camarero entró y dejó las bandejas en la nevera del minibar que había en la habitación. Luego procedió a abrir una de las botellas de vino. Sirvió en dos copas de cristal poco más de un dedo de aquel caldo. Jon tiró mano de su cartera y sacó un billete de veinte dólares que entregó al camarero. Luego le dijo que se podía retirar. Cuando éste salió de la habitación, Jon cogió las dos copas y las vació en el lavabo. Pero no las enjuagó. Quería que algo del sabor de aquel vino quedara. Luego fue a la nevera y cogió las dos bandejas de hígado y las dejo sobre la pequeña estantería que allí había. Se quitó la chaqueta y la camisa blanca y las dejó encima de la cama. Luego fue al servicio y destapó una de las bandejas y empezó a escurrir con su gran fuerza las piezas de hígado, sacando toda la sangre que pudo y vertiéndola en una de las copas. Ésta quedó casi llena. Luego hizo lo propio con la otra bandeja y la otra copa. Cuando hubo terminado, se limpió la sangre que le había salpicado el torso. Salió del baño con las dos copas y le ofreció una a Elly. Ella sonrió al verle salir. Ahora entendía todo el plan que había urdido para poder tomar aquella copa de sangre. Brindaron y saborearon aquella copa como si fuera la última. Tendrían que conformarse con aquello por el momento. Ya ingeniaría algo para poder tomar algo más tarde. Llegaron a la terraza donde ya había empezado la barbacoa. La gente iba y venía con bocadillos de morcilla con salchichas, beacon, chuletas de cordero deshuesadas, panceta, chorizo, pinchos... Todos estaba disfrutando y no les importaba la clase social que tuvieran, todos allí, mezclados, conversaban, reían y hacían gestos. Se relacionaban sin ningún tipo de complejo por ser de diferentes clases. Una de las jóvenes que habían conocido en el karaoke hacía dos noches, se acercó a Elly y los invitó a que se acercaran a su grupo. Uno de los chicos había sacado una guitarra española y tocaba canciones que los demás coreaban. La gente se iba arremolinando a su alrededor, procediendo a aplaudir entre canción y canción. Los niños correteaban entre la gente, jugando al pilla pilla. Jon estaba satisfecho. Desde que se convirtiera en lo que era ahora, nunca se había preocupado por los demás. Se limitaba a estar en las sombras, seleccionar a su víctima y atacar. Elly lo había cambiado. Estaba feliz. Se acercó por detrás de ellos. Portaba en sus manos un bocadillo de chuletas de cordero con queso roquefort fundido. El capitán era un gran amante del queso. -Felicidades por esta fiesta señor Leslie. Ha sido una gran idea. La gente se a olvidado de todo, está disfrutando y pasándolo bien.- Expresó agradecido. -Capitán, me alegro que haya acudido a la fiesta. Buen provecho. - Contestó Jon. Estuvieron conversando sobre todo lo que había acontecido en el barco. Éste le contó que se estaba revisando todo el barco, incluidos camarotes. Pero que de momento no habían hallado rastro del animal. Desde la terraza de arriba les vigilaban quince miembros del servicio de vigilancia del buque y diez miembros de la guardia civil. Estaban en todas las salidas y entradas hacia las cubiertas, de manera que si algo o alguien intentaba acercarse a los invitados lo detendrían. Todo iba bien. Habían instalado una plataforma en un rincón para que los que quisieran pudieran subir a cantar canciones de karaoke. La gente disfrutaba con aquella iniciativa que habían propuesto los jóvenes amigos de la pareja. Subía gente de todas las edades. Había tenido una gran acogida. De repente, un miembro de seguridad se acercó al capitán y le dijo algo en un susurro, pero que Jon oyó con claridad con su gran oído. Habían acorralado una especie de perro grande. El capitán informó a Jon de que tenía que marcharse. Jon pidió que le dejara acompañarlo. Éste reflexionó unos momentos y al final accedió a que le acompañara. Había sugestionado al capitán para que accediera a sus deseos. Jon le dijo a Elly que debía ausentarse unos minutos y ésta dijo que se quedaba con los amigos. Salieron hacia la escalera que conducía a 2ª clase. Bajaron acompañados por tres miembros del servicio de vigilancia y de dos miembros de la guardia civil. Llegaron hasta el final del pasillo que daba a estribor del barco. Más concretamente delante la puerta 271. Allí se habían congregado unos veinte miembros de la seguridad del barco y la guardia civil. -Está dentro señor. Nos hemos dado cuenta porque no salía nadie desde hacía rato de la habitación. Al acercarnos hemos oído unos gruñidos. - dijo un miembro del barco. -¿Pero han abierto la puerta? -preguntó el capitán. -No señor. Esperábamos a que se personaran usted o el capitán Alonso.-Contestó el miembro de seguridad. En ese momento llegó el capitán Alonso que venía desde la sala de máquinas. No llegaron a revisarla por que les habían informado que ya habían encontrado el animal. Había subido a la carrera, y ello se denotaba en las gotas de sudor que corrían por su frente. -¿Qué hace un civil aquí?- increpó aún fatigado. -No se preocupe, no intercederá en nada. Se mantendrá retirado. Está bajo mí responsabilidad. -Está bien, es su problema.¿Cómo quiere que lo hagamos señor?- Preguntó Alonso al capitán del barco. -Abriremos la puerta. Si no se muestra agresivo intentaremos capturarlo. Al mínimo resquicio de agresividad lo abatiremos.- Contestó el capitán. El capitán Alonso asintió y dio instrucciones a los miembros de su brigada. Uno de los guardia civiles llamó a la puerta. Desde dentro no hubo contestación. Solo otro gruñido que puso a todos los pelos de punta. Jon observaba desde unos pasos más atrás como le había ordenado el capitán del barco. Otro miembro de la guardia civil trajo consigo un ariete manual para abrir la puerta. Otros tres miembros estaban tras él apuntando sus semiautomáticas con silenciadores hacia la puerta. Golpeó con violencia la puerta y esta se abrió de golpe. Al otro lado de la cama se veía un animal parecido a un perro, a cuatro patas, y que tenía una altura de un metro y medio aproximadamente. Entraron con sigilo, para no asustarlo y no tener que abatirlo. Un par de agentes del servicio de vigilancia del barco, portaban en sus manos unas lanzas con un lazo, típica arma para cazar perros callejeros, que normalmente llevan los miembros de la perrera. Se adelantaron al resto de miembros del equipo y intentaron ponerle el lazo alrededor de la cabeza. Jon intuía que algo no iba bien. Uno de los que llevaban los lazos consiguió acercarse lo suficiente para rodear el cuello del animal con la cuerda, pero antes de lograrlo el animal saltó sobre él derribándole. Los agentes de la guardia civil empezaron a disparar sobre el animal, y este sobre verse herido consiguió romper el cerco y huir escaleras abajo. El capitán cogió un walki-talki y dio orden inmediata de que todo miembro de la tripulación que estuviera por debajo de la 2ª clase se retirara hacia las cubiertas superiores por la escalera de proa. Así mismo, el capitán Alonso dio orden de taponar las dos escaleras que subían desde la 3ª clase. Se apostaron agentes por todos los pasillos que accedían a las escaleras. No podría escapar ya. El animal había dejado un reguero de sangre bastante grande. Aunque había demostrado que sobre estar herido tenía una gran movilidad todavía. El capitán Alonso cogió un grupo de cinco agentes y bajó las escaleras. Jon y el capitán esperaron a orden de éste último allí, cerca de las escaleras por donde momentos antes habían desaparecido los agentes con el capitán Alonso. Pasaron unos minutos de tensión contenida y de repente se oyeron unas cuantas ráfagas de disparos. El capitán Alonso informó por radio que les había sorprendido y que había herido a uno de sus agentes, pero que el lobo estaba muy herido y que iba dejando un reguero de sangre que hacía ya evidente que su vida estaba próxima a su fin. -Por cierto – informó al capitán Alonso- Se ha erguido sobre dos patas y ha salido huyendo. Se dirigía hacia la otra escalera. Jon pidió al capitán del barco que se acercaran allí. Éste se negó. Alegó que era peligroso moverse sin escolta, y ahora estaban todos ocupados en taponar las salidas. Se oyeron nuevos disparos, esta vez eran ráfagas largas, como si estuviera habiendo un gran combate a bordo. Paró aquel fragor de disparos. El capitán Alonso pedía informes una y otra vez por radio sin que nadie le contestara. De repente se oyó al otro lado de la radio: -Capitán he...hemos abatido a esta cosa. ¡Dios mio! Está cambiando.- dijo un guardia civil desde la otra escalera. -Informe cabo. ¿Qué ha ocurrido?- insistía el capitán Alonso. -¡Dios! Es un hombre. Se ha transformado en un hombre. -decía el cabo asombrado. -No se muevan ahora vamos. -dijo el capitán Alonso. -Señor Leslie, vamos, acompáñeme hacia allí.- instó el capitán del barco. Jon siguió al capitán y otros cuatro miembros de seguridad del barco, que junto dos guardia civiles, les iban escoltando. Llegaron donde estaba el cuerpo de aquel hombre, desnudo, que todavía se le veían grupos de pelo gris en algunas partes de su cuerpo.

jueves, 5 de abril de 2012

Sombra oscura Cap.15

Estaba anocheciendo y Jon ya se había levantado. Se dirigió hacia el cuarto de baño para darse una ducha. Se desvistió y abrió el agua caliente. Esto le hacía entrar en calor, ya que su temperatura normal rondaba los quince grados. Llevaba un par de minutos bajo el chorro de la ducha, cuando a sus espaldas se abrió la cortina, lo justo para dejar entrar a Elly. Ésta se abrazó a él entrelazando su menudas manos en su pecho. Él se dio la vuelta y la besó. Empezaron un juego bajo el agua que los hizo subir de temperatura mucho más rápido que la propia agua caliente. Veinte minutos después estaban arreglándose para disimular la palidez como cada noche. Salieron de la habitación y se encontraron con una de las encargadas de cambiar las sabanas y toallas de las habitaciones. La empleada sonrió al verles. Llevaba un rato escuchando los gemidos de placer que habían producido media hora antes. Saludaron al pasar por su lado y salieron a la cubierta. Se dirigieron hacia la proa del barco. Elly tenía curiosidad por ver que se sentía al estar en la punta del barco y ver como iba surcando el agua. Llegaron allí y Elly se encaramó al primer travesaño de la barandilla, extendiendo los brazos como había visto hacer a la protagonista de Titánic. Era una vista espectacular. El cielo estaba plagado de estrellas y la luna, prácticamente llena, empezaba a salir desde el mar. Era una vista preciosa. -Jon ¿Aparte de la fuerza y velocidad, leer el pensamiento y poder comunicarte telepáticamente, que otras cosas se pueden hacer? -Bueno yo vi a Kate que podía mantenerse en el aire y retardar su caída al suelo. Pero eso yo no lo consigo todavía. Al igual que tú no puedes comunicarte telepáticamente. Soy joven y no tengo el poder necesario para realizarlo. -¿Qué edad tenía Kate? -insistió. -Pues creo que databa del 1512. Una vez me contó que ella era hija de colonos venidos desde Europa para encontrar fortuna en el nuevo mundo. -¿Y sabes quién convirtió a Kate? -Pues según me contó, fue un joven venido de Europa. De Francia para ser más exacto. Si no recuerdo mal creo que le llamó Leonard. Era un tipo rubio, ojos azules, y que enseguida encandiló a Kate. Después de tres noches dejándose ver por delante de su ventana un día ella la abrió y lo invitó a entrar. Esa fue su perdición. Y la nuestra. -No digas eso. Nos tenemos el uno al otro. Además esto yo lo considero como una enfermedad. Algún día encontrarán una cura para el vampirismo y nosotros volveremos a ser humanos. Jónathan la sujetaba por la cintura, evitando así que perdiera el equilibrio y cayera bajo la quilla. La veía exultante de alegría. Disfrutaba cada momento como un niño con zapatos nuevos. Había aceptado lo que era sin peros. Algo que él no había podido hacer hasta ahora. Solo le valía estar junto a su amado. -Perdone – dijo un miembro de la tripulación que había visto la escena al pasar. -Haga el favor y baje de la barandilla. Ya hemos tenido un percance no quisiera tener que informar de otra desgracia. Elly al oirlo se giró, perdiendo el equilibrio y precipitándose hacia adelante, pero Jon estuvo rápido y la sujetó fuerte por la cintura. Ella se agarró a su cuello y bajó de un salto de la barandilla. -Lo siento – se dirigió al marinero con cara de arrepentida. -Deberían estar en su comedor correspondiente. El capitán ha dado orden de reunir a todos los pasajeros. Sa ha estado anunciando durante todo el día por megafonía que a las nueve de esta noche estuvieran en los comedores. -Lo siento no sabíamos nada. Hemos estado todo el día en el camarote.- Se disculpó ahora Jon. -¿A ocurrido algo?- Le interrogó. -El capitán les dará las explicaciones oportunas.- Dicho esto les acompañó hasta las escaleras que subían a 1ª clase. Luego se despidió cortésmente y siguió recorriendo el resto de cubiertas en busca de algún otro rezagado. Entraron en el comedor donde había una gran expectación referente a las explicaciones del capitán. Se oía a la gente murmurar sobre un par de cadáveres que se habían encontrado en 3ª. Pero todo eran rumores. Nadie sabía a ciencia cierta que había ocurrido. Unos decían que les habían asesinado. Otros que habían sido atacados por un monstruo. Así llegaron hasta una mesa donde la señora Forrester les hacía señas. -¿Os habéis enterado ya? Se dice que hay un monstruo en el barco y que ha matado a dos pasajeros de 3ª. Estos, según se dice, eran ladrones, porque han encontrado diversos objetos robados en su habitación.- Dijo la mujer excitada. - Para mí ha sido un ajuste de cuentas con alguna de sus víctimas. - explicó ésta. -Por dios que miedo – soltó Elly mirando a Jónathan con cara de susto, casi sin poder contener su risa. -Supongo que ahora el capitán nos dará las explicaciones oportunas. -cortó Jon a Elly con una mirada fulminante. Entró el capitán en el gran comedor y la gente calló en el acto. Todos esperaban las palabras del capitán. A éste le acompañaban un par de hombres con chaqueta azul marino, que en lo alto de las mangas llevaba bordado el escudo de la naviera con las siglas I.S. (Internal Security) bordadas en dorado. -Buenas noches.-comenzó- La noche anterior se ha cometido un trágico suceso en un camarote de 3ª. Parece ser que los inquilinos fueron sorprendidos en mitad de la noche y han muerto en extrañas circustancias. Me acompañan el señor Nichols y el señor Bome, jefe de seguridad del barco y su segundo respectivamente. Ahora les harán un breve repaso de las normas a seguir hasta nueva orden. - Terminó el capitán. Un gran murmullo surgió entre la gente de la sala. Se oían comentarios de todo tipo. -Pues sí, venimos de relax y diversión y vamos a estar como en la cárcel. -dijo alguien. Y gente que entendía la precaución del capitán que comentaba: -Qué pongan seguridad en todo el barco. Tienen que protegernos al pasaje.-comentaba otro. -Hola, buenas noches- comenzó el jefe de seguridad.- Verán, debido a los acontecimientos acaecidos, hemos decidido por su seguridad, que cada vez que salgan de su camarote deberán comunircarlo a un miembro del servicio de seguridad. Estos no les importunarán, solo apuntarán cuando salen de la habitación y cuando entran. Para agilizar las cosas, se les entregará un juego de pegatinas con el número de su habitación que deberán llevar siempre visible en el pecho, para que dichos miembros puedan apuntar sus movimientos sin tener que preguntar sus nombres o número de habitación. La única norma que... permítanme que les imponga es que.. si al salir de la habitación no encontraran a ningún miembro del servicio de vigilancia en el pasillo les ruego que esperen en la habitación hasta que llegue uno de ellos. Es por su seguridad. -Ves, lo que yo decía, vamos a estar como en la cárcel. No tienen vergüenza.- Decía el hombre ratificando lo dicho anteriormente. Se creó un debate entre el pasaje en si era o no legal lo que querían hacer. El debate se volvió discusión y casi se llegó a las manos. -¡Por favor, silencio!- dijo el capitán a través de los altavoces de la sala. Volvió a hacerse el silencio, esperando a que el capitán continuase. -¿Entonces van a controlar todos nuestros movimientos? Esto es un ultraje. Una violación a nuestra intimidad.- Dijo alguien desde el fondo de la sala. -Si todo va bien, como así esperamos que sea, dos horas antes de llegar a puerto, se destruirán todas las anotaciones. A nosotros no nos interesan los escarceos del pasaje. Solo velamos por la seguridad de ustedes. Ahora se pasará lista de todo el pasaje de 1ª. Ruego que respondan y se levanten a medida que les nombren. Nuestros auxiliares les entregaran las pegatinas. Mientras dure el proceso pueden cenar tranquilamente como cualquier otra noche. Estén atentos cuando les llamen. Perdonen las molestias. Dicho esto el capitán salió de la sala acompañado de los dos miembros de seguridad. Uno de los auxiliares subió al escenario. Portaba en su mano un manojo de hojas escritas donde se suponía que estaba la lista del pasaje de 1ª, en la otra cogió el micro, y después de presentarse empezó a leer los nombres y número de habitación de cada uno. La gente iba levantándose y esperaba a que se acercara el auxiliar que les traía las pegatinas. Después de una hora se habían repartido la totalidad de las pegatinas. -Tenemos que irnos- comunicó Jon a la señora Forrester. - Hemos quedado con otros amigos para cenar. -Oh que pena. Esperaba que cenarían con nosotros.- Dijo ésta. Se levantaron y se marcharon del comedor saliendo hacia la cubierta, no sin antes despedirse. -¿Qué te apetece hacer hoy? - interrogó a Elly. -Ayer me lo pasé muy bien con aquellos chicos. Pero me gustaría ver el resto del barco. - Contestó ella. -Debemos tener cuidado a partir de ahora. Va a estar muy vigilado el barco.- comentó mesándose el pelo. Fueron a buscar las escaleras que bajaban hacia las demás cubiertas. Bajaron hasta 3ª y allí vieron que había unas escaleras que seguían bajando hacia los camarotes del servicio, cocinas, enfermería del barco y demás dependencias que servían de almacenaje. Tenía un cordón de terciopelo rojo con un letrero que prohibía el acceso “Solo personal autorizado”. No estaba vigilada, así que con cuidado saltaron el cordón y bajaron las escaleras. Iban con mucho cuidado de ser descubiertos, ya que se acabaría su excursión allí mismo. Las escaleras desembocaban en un pasillo que iba a derecha e izquierda. A la izquierda estaban las habitaciones de los tripulantes. Siguieron el pasillo de las derecha. Pasaron por una de las múltiples cocinas que había. Se veía mucha actividad dentro. Los cocineros se afanaban en preparar platos en grandes cantidades. Los camareros iban y venían llevándose los platos preparados y trayendo grandes montañas de platos sucios. Siguieron caminando y llegaron a la entrada de la enfermería. La puerta estaba abierta de par en par. Esto complicaba el paso. Jon contactó telepáticamente. La sugestionó a que sintiera frío. Ésta se acercó a la puerta y la cerró. Aprovecharon para pasar sin ser vistos. Desde el interior se oyó: -¿Por qué cierras? Hace calor.- dijo una voz de hombre. -Sentí un escalofrío y cerré.- contestó la enfermera. Ambos se rieron mientras seguían por el pasillo. Llegaron a una puerta. Jon se concentró buscando pensamientos en el interior. No encontró nada. Abrió la puerta y entraron. Había otra escalera que descendía. Bajaron y se encontraron con un pequeño pasillo en el cual habían tres puertas. En la primer situada a la izquierda había un cartel indicando que era el cuarto del servidor de comunicaciones del barco. A la derecha había otra que indicaba material. La que había al final del pasillo era la sala de máquinas. De ella salía un zumbido sordo. Jon comprobó que la puerta no era normal, sino una puerta blindada que amortiguaba el sonido. Abrió la puerta y el zumbido se convirtió en un ronroneo molesto por el elevado ruido. Ante ellos había una pasarela de metálica que daba la vuelta a la gran sala. Se asomaron por la barandilla y allí abajo a unos seis metros se veían don enormes motores que propulsaban el navío. Vieron a varios miembros que iban y venían controlando los paneles de control de los motores. Llevaban orejeras para mitigar el molesto ruido que producían los motores. Ésto les daba la oportunidad de acercarse a ellos. Descendieron por una de las escaleras que quedaban retiradas a los ojos de los técnicos. Jon le dijo mentalmente que le siguiera. Era imposible hablar allí. A Elly le dolía la cabeza. Aquel zumbido le taladraba el cerebro. Jon se detuvo. A unos tres metros de ellos había un marinero sentado delante de una consola comprobando cada parámetro. Jon le dijo a Elly que se escondiera tras unas cajas que habían pegadas al motor de la derecha. Entonces sugestionó la mente del técnico para que se acercara. Éste se levantó y casi mecánicamente se acercó a comprobar que las cajas que había allí estaban todas en su sitio. Al aproximarse a las cajas, Jon salió detrás suyo y lo empujó contra las cajas. El marinero sorprendido perdió el equilibrio y quedó apoyado contra las cajas. Ella se abalanzó sobre él y lo sujetó por los brazos. Éste se debatía sin ningún resultado. Aquella mujer era mucho más fuerte que él. ¿Serían los asesinos de los dos ladrones de la noche anterior? Empezó a gritar pidiendo auxilio, pero el rugir de los motores ahogaba sus peticiones. Aquel hombre se acercaba a él con la boca semiabierta de donde asomaban unos largos colmillos. Estaba aterrado y empezó a suplicar por su vida. Jon que estaba disfrutando con el sufrimiento de aquel desdichado, le hacía señas acercando la mano a su oreja en señal de que no le oía. Éste pataleaba y de debatía entre las manos de la muchacha, pero esas manos eran como mordazas de banco, que le aferraban fieramente. Empezó a llorar como un niño y también se orinó encima. -Ya está bien Jon. -le imploró ella. - No lo hagas sufrir más. Jon leyó los labios de la joven y asintió con la cabeza. Se acercó al marinero y se inclinó sobre su cuello clavándo los colmillos en la piel de su cuello. El marinero al notar el mordisco hizo un nuevo intento de liberarse. Pero era tarde. Empezaba a notarse débil. Elly mordió al otro lado del cuello. La vida se le escapaba en grandes zancadas. En breves segundos dejaron el cuerpo inerte, sin vida del marinero dentro de una de las cajas. Volvieron a subir por las escaleras hasta la pasarela metálica. Desde allí y con mucho cuidado fueron bordeando toda la sala hasta llegar a la puerta por donde habían entrado. Salieron al pasillo donde estaba el servidor. -Es insoportable ese ruido. - dijo ella apretando con las manos sus orejas. -Sí, volvamos hacia arriba. - Contestó él. Volvieron por el pasillo que llevaba a las escaleras. Subieron por ellas y se encontraron con el pasillo que daba a la enfermería y las cocinas. Al llegar a la enfermería la puerta volvía a estar abierta. Jon volvió a conectar con la enfermera, pero esta vez le provocó una sensación de calor sofocante. Ésta se dirigió hacia todos y cada uno de los ojos de buey que había en la sala y empezó ha abrirlos. -¿Pero qué haces?- dijo de nuevo la voz de hombre. -Es que tengo mucho calor.- Contestó la enfermera sofocada. -No hay quien se aclare contigo.- Le recriminó. Aprovecharon para pasar la discusión del interior. Iban los dos riéndose. Había conseguido sacar de quicio al hombre y que no prestaran atención a la puerta. Subieron por la escalera que daba a la cubierta de 3ª clase, cuando estaban saltando el cordón de seguridad, un miembro de I.S. dobló la esquina. -¿Se puede saber a dónde van?- Espetó a la pareja. -Lo siento, íbamos buscando un servicio y nos hemos perdido. -Contestó Elly con una sonrisa. -Está bien. Pero no traspasen los cordones de seguridad.- dijo el miembro de seguridad.. -Entendido jefe.- Contestó Jon y se largaron hacia la pasarela exterior. Allí se apoyaron en la barandilla y respiraron profundamente. Les había ido de poco.