martes, 24 de abril de 2012

Sombra oscura cap. 18

A las diez de la mañana llamaron al capitán. Habían recuperado un cuerpo que, supuestamente, había tirado un pasajero por la borda. Apareció por la enfermería donde tenían el cuerpo sobre una camilla. Era una mujer joven, morena, de unos treinta años, que al parecer había muerto en circunstancias extrañas. -Buenos día doctor Smith. ¿Qué ha ocurrido? -Parece ser que han asesinado a esta joven. Estoy todavía examinándola. Pero yo no soy forense y no se hasta que punto podré averiguar la causa de la muerte. -¡Dios! Esta travesía está maldita. ¿Cree usted que es conveniente llamar de nuevo a la policía española? -Deme unas horas hasta que inspeccione el cuerpo. Haber si consigo averiguar algo. -¿Dónde está el limpiador que vio como tiraban el cuerpo? - Dijo girándose hacia el marinero que le había acompañado. -Se encuentra en 3ª clase. Está terminando su turno.-Contestó éste con celeridad. -Está bien. Haga que lo envíen a mi camarote enseguida. Quiero hablar con él.- Y con esto salió de la enfermería. Al salir por la puerta se dio la vuelta y se dirigió al doctor. -Manténganme informado.- Y cerró la puerta tras de sí. Diez minutos después llamaron a la puerta del camarote del capitán. -¡Adelante! -Buenos días señor. -Siéntese- Invitó el capitán al trabajador. -Gracias señor. -Está bien, cuénteme lo que ha visto. -imperó el capitán. -Si señor. Pues verá yo estaba cambiando del pasillo C al pasillo D para continuar con mi rutina. Tengo que decir que me las arreglo para llegar al final del pasillo de manera que, para cambiar de pasillo, en vez de ir por el interior lo hago por cubierta. Me gusta notar el fresco de la mañana. -Por favor vaya al suceso. No tengo demasiado tiempo.- Rogó el capitán algo impaciente. -Pues bien, como le digo estaba cambiando por la cubierta exterior de pasillo cuando vi que desde la puerta del pasillo F salía un caballero con el cuerpo de una mujer en brazos. Sin mediar palabra la tiró por la borda. Le grité que se detuviera, pero cuando lo hice se metió dentro del pasillo F y desapareció de mi vista. -¿Pudo verle la cara? - Interrogó el capitán cada vez más nervioso. -A medias señor. -¡Explíquese! -Ordenó el capitán. -Bueno lo vi de perfil señor. Además no había demasiada luz y fue un instante. Pero si lo volviera a ver es posible que lo reconociera. Era un tío elegante, bien vestido, y con gran altivez en sus gestos. Un rico me atrevería a afirmar. -¿Me está diciendo que un caballero de 1ª clase es el causante de esa muerte? -Sí señor. Seguro al cien por cien no, pero yo creo que sí en un noventa y cinco por cien. Ese porte no es normal en un hombre corriente. -Está bien haremos lo siguiente... Sobre las siete de la tarde Jónathan ya se había duchado y vestido. Estaba alterado. Presentía el peligro, pero no sabía por qué. Elly estaba en esos momentos en la ducha. También estaba más callada de lo habitual, aunque no habían comentado nada entre ellos. Se sentó delante del portátil como hacía cada día al levantarse. Le gustaba mirar los resultados de la bolsa, ver como las acciones de sus empresas crecían o disminuían de valor. En definitiva, estar enterado de todos los movimientos que habían sufrido durante la jornada. Por debajo de la puerta deslizaron una nota. Era del servicio del comedor. Servicio de comedor El capitán informa: Están invitados a la gran cena de esta noche en la que se revivirán los años 70. El servicio empezará a las 21:30 horas. Elly salió del baño. Iba enrollada en una toalla que definía sus curvas. -¿Qué es eso Jon?-Interrogó la joven. -Una invitación a la cena de esta noche en el gran comedor.- respondió con desgana. -Debería comprarme otro vestido para hoy. Y tú estarías impecable con un traje blanco. Parecerás el mismísimo capitán. -Le imploró con carita de ángel. -Está bien. Vístete rápido y vamos haber que encontramos.-Accedió. Era incapaz de negarle nada. Además un traje blanco cambiaría su habitual vestimenta, siempre con trajes de Armani negros. Salieron de la habitación y se dirigieron a la zona comercial del barco. Entraron en una tienda de vestidos de noche para mujer. Elly se probó dos y al final como no le acababan de gustar, se probó un tercero que le quedaba espectacularmente bien. Compró unos pantys en negro, que se pondría con aquel traje de falda corta, por encima de las rodillas, ajustado a la cadera que realmente le realzaba sus curvas y la hacía parecer una diosa. Salieron y fueron en dirección de la tienda que había de trajes para caballero, donde tenían trajes de todas las marcas. Encontraron un traje en color hueso muy claro, casi blanco de Mássimo Dutti. Elly insistió a Jon para que se lo probara y éste accedió. La modista del local le arregló los bajos en unos minutos, así que fueron a la habitación para cambiarse, ya que eran las nueve de la noche y tenían poco tiempo. Llegaron al gran salón y se sentaron en una mesa particular para los dos. Jon no quería estar con nadie aquella noche. Todavía tenía esa sensación de peligro. Empezaron a sacar los primeros platos, que consistían en una ensalada de mariscos con salsa rosa. Hoy habían más camareros de los habituales. Estaba inquieto y ella se percató de ello. Le miró interrogándole, y éste le respondió telepáticamente que tenía una extraña sensación aquella noche. -Yo también- Susurró ella. -Debemos estar atentos a cualquier cosa que esté fuera de lo normal. Ella asintió. Intentaba usar sus sentidos, expandirlos como había visto a Jon hacerlo antes. Él estaba allí, serio, casi con los ojos cerrados, concentrado en todo lo que ocurría a su alrededor. Ella observaba a su alrededor, sonriendo aquellos comensales que se giraban al sentirse observados. De repente uno de los camareros que salía de la cocina cruzó su mirada con Jon. Pasó por el lado de la mesa sin decir nada, pero Jon sintió su nerviosismo. Iba temblando con dos platos en las manos. Lo normal en aquellos camareros, que habían sido seleccionado entre una gran afluencia a las entrevistas de trabajo, era llevar de dos a tres platos por mano. Algo no cuadraba. -Debemos irnos Elly.- imperó Jon levantándose. Ella obedeció y se levantó. Se dirigieron con celeridad, pero sin correr hacia la puerta que daba a la cubierta exterior. Allí había apostado un miembro del V. S. que se habían colocado en cada salida. Jon penetró en la mente de éste para que abriera la puerta y les dejara pasar. El guardia le obedeció como un corderito. Mientras el falso camarero, pues era el miembro del servicio de limpieza se había acercado a la mesa del capitán para indicarle que había identificado al caballero que arrojó el cuerpo de la mujer la noche anterior. Pero al señalar hacia la mesa donde instantes antes estaban la pareja, la sorpresa se apoderó de él. El capitán del barco llamó al maitre y le preguntó quién se había sentado en aquella mesa. Cual fue la sorpresa del capitán cuando éste le informó que había sido ocupada por los Leslie. -¿Estás seguro? - interrogó al limpiador levantando la voz. Mientras el jefe del servicio de vigilancia se había acercado a la mesa y esperaba ordenes del capitán. -Sí señor. Era él. No puedo equivocarme.-contestó nervioso el falso camarero. -Señor Collins busquen a los Leslie por todo el barco si es preciso y traíganles a mi presencia. - Ordenó el capitán. -Voy enseguida señor.- Y dicho esto hizo un gesto a sus ayudantes y salieron por la puerta que minutos antes había salido la pareja. -¿Por qué no les has detenido?- interrogó al guardia que estaba allí apostado. -No lo sé señor. Todo está confuso en mi cabeza. Es como si me hubieran hipnotizado por unos instantes. - contestó sonrojándose por el bochorno que estaba pasando. Salieron los cuatro por la puerta y el señor Collins pidió que se unieran a ellos cuatro hombres más de su servicio. Allí distribuyó a su gente por las diferentes puertas de los pasillos, siempre en parejas, para evitar ser sorprendidos. No sabían por donde habían ido, así que empezaron desde la puerta A a la D. Tenían que entrar en todas las habitaciones y registrarlas. Llevaban llaves maestras para el cometido, con lo que no tendrían que forzar ninguna puerta. A los veinte minutos se volvieron a encontrar en la cubierta de 1ª. -Nada señor- Informó uno de los miembros que había ido por el pasillo A. Los demás equipos también negaron con la cabeza al cruzar su vista con la mirada inquisitiva de su superior. -Prosigamos. - Repartió los equipos por las diversas puertas que quedaban hasta la F. -Maxwell, vosotros y nosotros a segunda clase. Tú por la escalera de babor. Yo por la de estribor. Cuando terminéis aquí arriba bajad con nosotros. - Y dicho esto cada equipo fue hacia su destino. -Quedan solo unas horas para llegar al puerto de Portsmouth. Debemos aguantar sin que nos pillen. -Alentó Jon a Elly. -Podríamos ir a 3ª clase. Con los chicos que hemos entablado amistad. Allí nos podríamos esconder hasta que atraquemos. -¡No! Debemos estar moviéndonos continuamente. Si nos quedamos quietos nos atraparán y no tengo ganas de provocar una carnicería entre esta gente. Continuaron moviéndose por 2ª clase. Estaban en el pasillos F. Jon sentía como los miembros del servicio de vigilancia se acercaban por los pasillos A y B. Cuando éstos entraron en las habitaciones procediendo a su registro, ellos aprovecharon para salir a la cubierta exterior en busca de la escalera que les devolviera a 3ª clase. Pero se encontraron de cara con uno de los grupos que se habían quedado en la cubierta superior registrando los pasillos que quedaban. -¿Señor Leslie? Debe acompañarnos- Dijo uno de estos desabrochando su chaqueta dejando ver la pistola que colgaba en un lateral. -Muy bien no se ponga nervioso. Solo estábamos dando un paseo. ¿Creo que todavía no es delito eso verdad?- contestó mientras fijaba su vista en su interlocutor. -El capitán quiere hablar con ustedes. Por favor sea tan amable de acompañarnos.- Espetó el miembro del servicio de vigilancia que cada vez estaba más nervioso. -Como usted diga. - tranquilizó Jon Mientras el otro miembro del V. S que se había mantenido unos tres metros por detrás de su compañero sacó un walki-talki y comunicó al resto de integrantes del equipo de búsqueda que habían encontrado a la pareja y que estaban al pie de las escaleras que accedían a 1ª clase. La gente pasaba y se quedaba mirando la situación un poco estrambótica que se había creado. Subieron por las escaleras y doblaron hacia la popa del barco. Allí había una escalera que daba al puente de mando, donde el capitán se encontraba. Estaban aproximándose al puerto de destino y tenía que controlar las maniobras de aproximación al puerto, así como contactar con jefatura portuaria para recibir instrucciones. Llamó el miembro de seguridad a la puerta, segundos después se abrió la puerta y apareció la figura del capitán. -Siento haberle tenido que llamar de esta manera señor Leslie. Debemos aclarar lo que supongo que ha sido un mal entendido. -Intentó suavizar la situación. -No se preocupe. Pero espero una explicación a este atropello por parte de sus hombres, que si bien no han llegado a amenazarnos, lo cierto es que ha querido ser bastante persuasivo.- Se quejó Jon al capitán. -Vayamos a mi camarote. Eric toma el mando. Mantén informado a jefatura portuaria y sigue sus instrucciones. Y manda avante un tercio. Retrasaremos la entrada en el puerto hasta que se haya aclarado este desgraciado incidente.-Dijo dirigiéndose a su segundo al mando. Éste asintió. Salieron del puente de mando y se dirigieron por un pasillo interior a uno de los ascensores que daba directamente al pasillo de los camarotes de los oficiales. Tras un breve paseo por el pasillo llegaron al camarote del capitán. Éste les invitó a entrar.

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