martes, 28 de febrero de 2012

Sombra oscura cap. 7

   Nada mas salir por la ventana, olió el rastro que había dejado. Lo siguió hasta el muro exterior. Saltó el muro sin ningún esfuerzo. Al pasar al otro lado se quedó a la escucha. El rastro lo llevaba claramente hacía el interior del bosque, pero no se fiaba. Oyó no muy lejos de allí el murmullo de las ramas cuando son rozadas. Salió en esa dirección, pero extremando las precauciones. Tenía la corazonada de que era Kate y si era así, iba a ser muy peligroso. Estuvo siguiendo el rastro que había dejado el intruso durante diez minutos. Al llegar  a un claro del bosque, la vio. Estaba allí, sentada, jugando con una hoja que tenía en las manos. Levantó la vista y se quedó mirándolo como se aproximaba.
- ¿Qué quieres?- Le dijo él sin mediar saludo alguno antes.
- Mmmm, he venido a visitar a mi hijo.
- Sabes que no eres bien recibida. Lárgate.
- ¿Así tratas a tu madre? Además, ¿No pensabas presentarme a tu nuevo juguete?
- No la metas a ella. Esto es entre tú y yo.
- Parece ser que tendré que enseñarte modales.
- ¿Tú, que te cuelas en casas ajenas sin ser invitada?
- No te molestes por eso corazón. He decidido venir a pasar una temporada contigo.
- ¡No! Vete de aquí.
- Si es por tu zorrita no te preocupes, será un buen tentenpié.
- No te acerques a ella- Le dijo mostrándole los colmillos con un rugido. Antes de que pudiera reaccionar lo cogió del cuello con la mano derecha y lo arrojó contra el tronco de un árbol.
- ¿Me amenazas? Jajajaja - Le contestó rugiendo como una pantera y enseñando a su vez sus colmillos.
   Se recompuso al instante e intentó mantener la calma, aunque sabía que estaba en clara desventaja. Ella era mas vieja que él y por consiguiente mas poderosa. Se volvió a acercar a ella y le preguntó.
- ¿Por qué has venido aquí?
- Ya te lo he dicho, quería pasar una temporada contigo.
- Está bien... pero deja que ella se marche a la ciudad. Y los criados también. Yo me quedaré contigo si los dejas ir.
- Siempre tan sentimental. Me das asco. ¿Cuando te enseñarás que ellos no son más que meras bolsas de sangre esperando a que las bebamos?
- Eso es lo que siempre nos diferenció. Que tú has perdido tu humanidad.  Eres cruel y destructiva.
- Me divierte el sufrimiento ajeno. Es delicioso.

   Serían sobre las cinco y media. Elly había despertado a los Winter. Tenía miedo por Jónathan. Salió de la casa acompañada por Charles. Este portaba un rifle de caza y una potente linterna que soltaba un haz de luz, capaz de iluminar un gato negro a una distancia de cincuenta metros.
- No se separe de mí, señorita. - Le dijo Charles intentando protegerla.
   A lo lejos oyeron un grito desgarrador. Sonaba como si una gran fiera hubiera sido herida de muerte.
-Señorita Elly métase en la casa con mi mujer y no salgan. Me temo que esto no pinta nada bien.
-Pero quiero saber como está Jónathan.
-En cuanto sepa algo se lo comunicaré. Mientras me sentiré más tranquilo si se encierran dentro de la casa.
- Está bien, pero si consigue averiguar algo, por favor, comunícamelo. - Dicho esto se dirigió a la entrada de la casa y se metió en ella. Cerró la puerta tras de sí. Al otro lado del hall estaba la señora Winter con una escopeta de caza de cañón superpuesto, con 5 cartuchos en su interior.

   En el claro del bosque, Kate había golpeado a Jónathan con tal furia que lo había lanzado contra un tronco, con la mala fortuna, que una de sus ramas rotas se le había incrustado en el hombro izquierdo, sin poder liberarse pese a sus esfuerzos. El grito desgarrador que profirió se oyó desde la casa. Ella se dirigió hacia la casa. Estaba dispuesta a acabar con aquella que había conseguido arrebatarle la atención de su "hijo", y a todo aquel que se interpusiera en su camino. Cuando llegó al muro exterior del recinto olfateó el ambiente. Sí, allí fuera había un humano esperando. ¿Acaso creía que podría detenerla? Saltó la cerca y salió al descubierto, sin miedo, mostrándose ante aquel ser inferior. Pero en su arrogancia no había distinguido el rifle de Charles y este consiguió alcanzarla en pleno pecho, con tal potencia que la empujo 2 metros hacia atrás haciéndola caer. Charles sin saber a que se enfrentaba se congratuló de su buena puntería  y se dirigió hacía el enemigo abatido creyendo que todo había terminado. Kate había caído boca abajo y este se ayudó de su rifle para darle la vuelta. Ella aprovechó el descuido para desarmarlo y de un salto felino se lanzó contra el pobre hombre. No tuvo tiempo ni de pestañear, ella le desgarró la garganta literalmente con sus dientes y lo lanzó en medio del jardín.
-Ahí tienes a tu protector, zorra. Voy a deleitarme con tu sangre. -Gritó dirigiéndose hacía la casa.

   Mientras, Jónathan hizo un esfuerzo sobrenatural, partiendo la rama, consiguiendo liberarse. Se encontraba débil debido a la pérdida de sangre que había sufrido. Presentía que las cosas no iban bien. Se dirigió hacia la casa todo lo rápido que pudo. Al llegar al muro lo saltó con alguna dificultad y pasó dentro de los jardines. Allí en medio de la explanada vio el cadáver de Charles. Se aproximó a él y lo levantó. Aproximó el cuello destrozado a su boca y sorbió la sangre que por el salia. Nunca antes había probado la sangre muerta, y esta le producía un escalofrío en su cuerpo. Al sorber la sangre de su criado pudo ver la escena de lo que había sucedido momentos antes a su muerte. Tenía nauseas, la sensación de la muerte se metía en sus venas. Había bebido lo suficiente para curar sus heridas.
- Gracias amigo. Ahora sé que ella está malherida. Me has dado ventaja.

   Derribó la puerta con su descomunal fuerza. Allí, al otro lado del gran hall al pie de la escalera, estaban las dos mujeres.
- Suba arriba señorita yo la entretendré.
   Elly estaba demasiado asustada para contradecirla y subió a la carrera. Esto despistó a la vampira, hecho que aprovecho Mary para descargar un cartucho sobre ella. Este pasó rozándola, hiriéndola superficialmente en la mejilla  y el hombro.
- No te acerques a ella, maldita. - Profirió la criada.
   Antes de que la volviera a apuntar, esta se había echado encima de ella, y cogió la escopeta de los cañones para desarmarla. Al tirar de ella el arma se disparó volándole la mano. Profirió un grito espeluznante. Jónathan desde fuera lo oyó y se lanzó a la carrera hacia la puerta. Cuando entró en la casa vio que la señora Winter volaba por los aires profiriendo un grito de terror. Kate la había lanzado con mucha fuerza hacia la puerta de la entrada. Él recorrió los poco más de tres metros que le separaban del punto de impacto con el suelo de la mujer y la atrapó en el aire. Cuando depositó a la mujer en el suelo, Kate ya había desaparecido. Sin mediar palabra, dio dos brincos y se plantó en el piso superior, dirigiéndose hacia la habitación de Elly. La puerta estaba abierta, y el espectáculo era horrible a sus ojos. Kate le acababa de hincar los dientes en el cuello de ella. Este se lanzó contra ellas y agarró a Kate por el pelo, obligando que soltara a su víctima. Esta, maltrecha como estaba, intentó defenderse de él, pero estaba demasiado débil y prácticamente no había conseguido beber nada del cuello de Elly. La lanzó contra la ventana y esta se abrió, dejando entrar el somnoliento sol de la mañana. Suficiente para quemar el cuerpo de la vampira maltrecho de los diversos combates que había tenido. Él se refugió tras las cortinas pero sin dejar de observar como su hacedora se consumía pasto de las llamas. Cuando terminó el espectáculo, se giró bruscamente. Se había olvidado de su amada. Ella estaba tendida al lado de la cama. De su cuello emanaban sendos chorritos de sangre al compás que bombeaba su corazón. Él la atrajo hacia sí y procedió a beber un poco de su sangre para saber su estado. Estaba muy débil. Posiblemente iba a morir.
- Elly, amor mío, abre los ojos, mírame.- Le dijo con lágrimas ensangrentadas en sus ojos,  sujetándola por los hombros mientras con una mano taponaba las heridas de su cuello. Esta abrió los ojos y lo miró. Estaba pendiente de un hilo su vida.
- Deja que te convierta en lo que yo soy para salvarte la vida. Si no lo hago morirás y me condenarás a la desesperación mas profunda.
   Ella asintió con la cabeza. Él se rasgó el brazo como había visto hacer y le aproximó la herida abierta a sus labios.
- Bebe mi amor. Deja que fluya por ti.
   Ella empezó a succionar y poco a poco lo hizo con mas fuerza. Cuando había succionado casi la totalidad de la sangre de Jónathan este le apartó el brazo. Se sentía débil, pero feliz. La cogió en brazos y bajó por las escaleras. Allí sentada en el suelo estaba Mary sollozando, mirando a través de la puerta destrozada el cadáver de su marido.
- Mary llama a la policía y diles que han asaltado la casa. Mañana por la noche saldremos nosotros de mis aposentos.
- Pero...la señorita... ¿Se encuentra bien? - Dijo entre sollozo y sollozo.
- No te preocupes por ella. Mañana te lo contaremos todo. Necesitamos descansar. Recuerda que bajo ningún concepto se debe apartar la caldera del sótano.
-No se preocupe señor. No dejaré que bajen al sótano. De eso me encargo yo.
   Dicho esto se dirigieron hacia la puerta que había en el pasillo que daba a la cocina. La puerta que había a mitad pasillo a la derecha se abrió. De ella nacían unas escaleras que bajaban hacia el interior del sótano. Entró allí y comenzó a descender por ellas. La puerta se cerró tras de sí.

   La señora Winter llamó a la policía, diciendo que les habían atacado unos asaltadores. A los diez minutos se personaron allí dos patrullas. Al ver el cadáver de Charles uno de los agentes, que parecía ser novato, vomitó al lado del coche. Del lado del conductor bajó un hombre de unos cuarenta años, moreno, que dejaba ver en su rostro como el sufrimiento de los casos a lo largo del tiempo le habían hecho mella en él. Aparentaba mas edad de la que tenía. Se dirigió hacia el cuerpo y después de observarlo durante breves instantes, se dirigió hacia uno de sus ayudantes y le ordenó que llamara al forense y una ambulancia. También le dijo que acotara una zona de 3 metros alrededor del cuerpo para preservar posibles huellas y pistas. Luego se dirigió hacia la entrada de la casa donde se hallaba Mary sentada en los escalones sollozando.
-Soy el inspector Clark.¿Qué ha pasado aquí?- Le dijo presetándose.

 

jueves, 23 de febrero de 2012

Sombra oscura cap. 6

   Elly miraba perpleja a su acompañante. Se levantó y se dirigió a la ventana.
-Entonces ¿Nos ves como puro ganado?
-No exactamente. Está claro que durante un tiempo mi instinto de supervivencia me llevaba a no tener miramiento con mis víctimas, incluso disfrutaba haciéndolas sufrir. Pero todo eso cambió el día que te conocí. Despertaste en mi interior algo que hacía mucho tiempo había muerto.
   Ella se giró mirándolo a los ojos. Su cara reflejaba comprensión en las palabras que el decía. Imaginaba lo que tenía que haber sufrido al verse obligado a matar. Se acercó a Jónathan y se abrazó a él.
-Nunca podría hacerte daño. Preferiría quemarme al sol - le dijo levantándole la cabeza y besándola. Ella se entregó a él por completo. En su interior nacía un sentimiento. También se había enamorado de él.
   Salió de la habitación dejando que ella pudiera dormir. Elly se acostó en la cama y dio un suspiro. ¿Dónde la llevaría aquella relación? ¿Tenía algún futuro? A los pocos minutos estaba dormida. Tantas emociones la habían agotado.
    Él salió de la casa y se dirigió al bosque. Hoy se cazaría algún animal que encontrara por allí cerca. Iba silenciosamente, casi parecía que flotara. No producía ruido alguno al caminar. De repente, captó un ruido a unos trescientos metros. Se aproximó sigilosamente. Había un ciervo que estaba tumbado sobre su lado. Mantenía la cabeza erguida como si estuviera alerta. Algo lo había puesto sobre aviso. Estaba nervioso y se puso de pie. Él sabía que no podía haberlo detectado. Era imposible. Había tenido la precaución de acercarse en contra del lígero viento que corría. El ciervo salió corriendo justo en su dirección. Él lo aprovechó y se tiró encima, derribándolo. Entonces mordió su yugular y emanó su sangre caliente a su boca. A mitad de festín, cuando mas extasiado estaba, aparecieron ante él una manda de cinco lobos. Estos lo amenazaban enseñándole los dientes. Se incorporó sin soltar a su presa del cuello con la mano y se dirigió hacia ellos.
-Esperad vuestro turno- y dio un sonoro gruñido enseñando sus colmillos.
   Los lobos se achantaron y empezaron a dar vueltas alrededor suyo, nerviosos pero sin acercarse mas de cinco o seis metros. Continuó succionando su elixir de la vida hasta que estuvo saciado. Luego lanzó el cuerpo del ciervo sin vida hacia donde estaba el que parecía el macho dominante. Este miró al vampiro y con un gesto de sumisión, hincó sus dientes en la presa arrancando un trozo grande de carne de ella. Cuando este se apartó del cuerpo los demás se aproximaron y cogieron su ración de carne. Jónathan se alejó del lugar y volvió hacia la casa. Iba observando los alrededores. Detectó rastros de animales, tales como jabalís, que habían escarbado en el suelo buscando las raíces tiernas. También vislumbró varios nidos de aves, pero no supo distinguirlos.
   De repente, cuando estaba cerca de la cerca de la casa, olfateó un rastro de algo que no era un animal. Empezó a seguirlo, poniendo mucho empeño en no hacer ruido. El rastro lo llevaba a la parte trasera de su finca. Al llegar al muro posterior dio un salto y se encaramó en él. Desde allí oteó toda la extensión que llevaba hasta la casa y agudizó su oído para intentar localizar al intruso. Nada, no había rastro de él. Se dejó caer suavemente dentro de su finca y siguiendo el rastro llego bajo la ventana de la habitación de Elly. Se encaramó al árbol que había delante de la ventana y observó como esta dormía en su cama plácidamente. Fuera quien fuera el que había entrado, se había marchado ya. Su rastro prácticamente había desaparecido. De madrugada daría orden a Charles de que extremara las precauciones en torno a Elly. Alguien rondaba la casa y temía por su seguridad. Siguió revisando el perímetro buscando nuevas pistas que le pudieran ayudar a distinguir la identidad del furtivo, pero sin fortuna. El intruso se movía muy bien sin dejar prácticamente ningún rastro en su huida.
   Estaba a punto de amanecer y tenía que guarecerse, así que entró en la casa y fue hacia su habitación, cerrándola por dentro.  Volvió a salir, tenía que dejarle una nota de aviso a Charles, y la colgó a la puerta de la cocina. En ella le explicaba lo que quería que hiciera.
   Sobre las ocho se despertó. Estaba emocionada por todo lo que había sucedido el día anterior. Se duchó y se vistió. Cuando bajó, Charles ya había traído todas sus cosas de su antiguo piso.  Las tenía en el hall.
-Buenos días señorita Elly.
-Buenos días Charles- Contestó dedicándole una sonrisa.
-Ahora le subiré las maletas y bolsas a su habitación para que se acomode.
-Gracias, ahora te ayudo.- Dijo cogiendo su neceser y un par de bolsas de mano.
   Al bajar, el señor Winter salió fuera de la casa y la joven se dirigió a la cocina donde encontró  a la señora Winter preparando el desayuno.
-Buenos días señorita.
-Buenos días.
- Le he praparado unos huevos revueltos, un zumo de naranja y un café. ¿Desea algo más?
-Oh no por favor. Es mas que suficiente. - Dijo sentándose a la mesa.
   Mary le presentó el plato delante. -Buen provecho. - Y le sonrió sentándose a la mesa.
-Gracias. -dijo devolviéndole la sonrisa.
   Mary cogió una tostada y se la untó con mantequilla. Luego le echó por encima un poco de azúcar y la mordió.
- Esto me lo hacía mi madre cuando era pequeña. - dijo suspirando.
-¿Podría conducir yo el coche cuando vayamos de compras?
-Supongo que sí. Además mi marido está atareado. Le vendrá muy bien que no le entretengamos.
   Terminaron de desayunar y salieron de la casa. Subieron al coche que el señor Winter había dejado aparcado en la entrada y se marcharon a la ciudad. Allí pararon un día estupendo de tienda en tienda, como dos buenas amigas.
   Cuando volvieron estaba anocheciendo. El señor Winter salió de la casa y cuando bajaron del coche, este se lo llevó y lo guardó en el garaje.
   Elly subió a su habitación a cambiarse. Quería ponerse "sexy" para Jónathan. Se había comprado un vestido largo con un encaje a la altura de los pechos que dejaba entrever su volumen. La hacía muy seductora.
   Bajó a cenar, y fue directa al comedor. Esperaba encontrarse con Jónathan allí, pero se llevó una decepción. Al entrar Mary con la cena, le preguntó si lo había visto. Esta le respondió que hoy se retasaría y que no acudiría a cenar con ella.
   Terminó de cenar , y le propuso a Mary que sirviera el café en la salita. Esta accedió sin ninguna objeción. Cuando entró con la bandeja del café, la joven la invitó a sentarse.
-¿Sabes dónde ha ido el señor Leslie?
-Cariño, yo intento no meterme en sus asuntos. Así siempre nos ha respetado.
-¿Pero sabes su naturaleza?
-Debes aceptar lo que es sin curiosear. Será mejor para todos.
-Esta bien. - Aunque tenía muchas preguntas no continuó con su interrogatorio.
   Continuaron charlando durante un buen rato sobre la vida que llevaban ellos allí.
   Sobre las doce de la noche entró él en la salita. Tenía un agradable tono rosado, signo inequívoco de que ya había "cenado".
-Llegas tarde.- Le espetó la joven levantándose de la butaca. Se echó a sus brazos y lo besó. Él se vió sorprendido por aquella acción pero no retrocedió. Mientras la señora Winter salió de la salita dejando solos a los dos.
-¿Dónde has estado?
-Fuí a dar una vuelta. Quería estar aquí pronto. Ayer detecté algo ahí fuera que no me gustó. Me quedaré aquí mientras duermes.
-¿Un animal? ¿Un ladrón?
-No, creo que se trata de otra cosa.
-¿Entonces...?
- Creo que Kate me ha encontrado.
-Pero, ¿Era tu amiga no?
-Hace mucho tiempo de eso, y las cosas entre nosotros no terminaron bien.
-No te preocupes, estaré bien.- dijo sin mucha convicción.
   Siguieron conversando durante un largo rato.Sobre las cuatro Elly se sentía cansada. Él la acompañó a su habitación. Entraron en ella y él la beso y la abrazó.
- Quédate conmigo esta noche.- Le imploró ella.
-Esta bien. Me quedaré hasta que te duermas. Luego saldré a echar un vistazo por fuera.- contestó cerrando la puerta.
   La joven fue al baño a cambiarse. Volvió y se metió en la cama. Jónathan se acostó a su lado y la rodeó con su brazo. Ella se giró y lo besó. De repente sintió de nuevo esa sensación, y se giró hacia la ventana. Él ya se había levantado como un resorte y abriéndola le dijo -Cierra la ventana. - saliendo por ella.
   Elly cerró la ventana y se quedó mirando a través de ella. Jónathan había desaparecido en la oscuridad.

lunes, 20 de febrero de 2012

Sombra oscura cap.5

-Está bien, por donde empiezo.
-No se, por el principio.
-Bien.

                                                *                        *                         *

   Rondaba el año 1815. Mi familia era una de tantas de colonos que vinieron a América a buscar fortuna. Mi padre consiguió que le concedieran unos terrenos en Missuri. Montó una granja en la que cultivaba maíz y lechugas. Aparte tenía también unas 20 vacas y unas 40 ovejas. Iba prosperando poco a poco, haciéndose un hombre relevante en Catch Town. Era querido por todos sus vecinos y la verdad es que llevábamos una vida bastante buena. Trabajo duro pero no faltaba de nada. Cuando cumplí los 29  llegó  una mujer  al pueblo y se hospedaba en el hotel. Era bellísima. Tenía una larga cabellera rubia con el pelo ondulado, como tú, y unos ojos azules tirando a ceniza muy penetrantes, con una cara de ángel increíble. Se llamaba Kate. Todo aquello me llevó a estar loco por ella. Ella  jugaba al gato y el ratón con varios de los jóvenes que habitábamos allí. También al llegar ella empezaron ha haber muertes. Se encontraron a varios de los hombres que habían estado con ella muertos, con unas marcas extrañas en el cuerpo. Yo intentaba que se fijara en mí. Pero ella parecía mas interesada en otros. Al final conseguí que me hiciera caso. Me dijo que yo era demasiado bello para estar con ella. Pero yo no sabía a que se refería y estaba empecinado en cortejarla. Al final ella accedió. Pero cuando iba a verla no estaba nunca. Siempre conseguía verla por la noche.
-Lógico era una vampiresa- rió Elly.
-No me cortes te lo ruego... Después de varios intentos frustrados de quedarme con ella a solas, intenté sorprenderla un día. La esperé en la habitación del hotel esperando a su regreso.No sabía donde iba durante el día pero así podría estar con ella en cuanto volviera. Cuando apareció por su habitación yo me había quedado dormido en la cama. Me despertó y me preguntó que hacía allí. Yo le confesé mi amor por ella, a lo cual ella rió desmesuradamente haciendo que me sintiera ridículo. Estaba herido en mi ego. Así que sin mediar palabra con ella salí de la habitación. Días después me enteré de que la buscaba el shérif del pueblo por que la vinculaba con los muertos que habían aparecido. Yo en mi ignorancia no podía permitir que la acusaran de algo que yo sabía que no había podido hacer. Así que fui a buscarla. Casi al final de la noche logré encontrarla, cuando ya no tenía esperanzas de hacerlo. Había venido a la granja de mis padres y se había escondido en el granero. Estaba a punto de entrar en casa cuando oí un ruido y me aproximé. También tengo que decir que mi familia era gente de bien y no llevábamos armas. Entre en el granero y cogí un palo que había allí para mi protección. Entonces de detrás de un motón de paja salió ella. Estaba malherida. Tenía tres impactos de bala, uno en el pecho, otro en el hombro y el tercero en una pierna. Me aproximé a ella, sujetándola para que no cayera al suelo. Le dije que la llevaría al médico y que se pondría bien. Pero ella me contestó que no, que lo único que necesitaba era alimentarse y se repondría. Entonces se lanzó a mi cuello y me mordió. Yo notaba como se me iba la vida, pero era incapaz de moverme. Estaba atrapado e iba a morir. Estuve a punto de perder el conocimiento. Ella había sanado milagrosamente y estaba mejor que nunca. Entonces se aproximó a mi y abriéndose el brazo con una uña, me lo aproximó a la boca y me incitó a que bebiera. Yo obedecí. Estaba muy débil y tenía mucha sed. Ella prácticamente me había desecado. Así que empecé a succionar con fuerza. Pasados unos minutos ella me retiró el brazo, y yo perdí el conocimiento. Al despertar me encontraba en un sitio oscuro. A mi lado yacía ella. Estaba dormida. Cuando despertó me acarició el rostro. Yo no sabía que había pasado. La bombardeé a preguntas que ella fue respondiendo. Me dijo que mi antigua vida como granjero había terminado. De ahora en adelante iba a ser un "dios de la noche". Eso me asustó. Yo quería volver a mi casa, con mi familia. Me encontraba muy mal. Ella me explicó que mi cuerpo estaba muriendo. Me había convertido en vampiro al darme su sangre. No se lo perdoné nunca. Me negaba a creer lo que estaba sucediendo. Salí corriendo de allí, sin rumbo fijo. Quería escapar de aquella pesadilla. Llegué a la entrada de la granja de mis padres, pero no me atreví a entrar. De repente ella apareció a mi lado.
-Solo podrás verlos una vez más. Mañana, si quieres, vienes a despedirte. Alegas un largo viaje a Europa donde te establecerás. Así ellos asumirán su pérdida sin tanto dolor.
-¿Por qué?- pregunté con un gran dolor en mi pecho.
-Por que tu ya no envejecerás nunca. Solo podrás salir por la noche. Estarás siempre mas pálido. El sol es nuestro mortal enemigo. Ellos al principio lo achacarían a una rara enfermedad, pero con el tiempo te verán como un monstruo, incluso llegando a denunciarte.
-Esto es muy cruel. Has destruido mi vida.
-Al contrario, te he dado la vida eterna.
-¡No! Nunca mas podré estar entre los míos.
-Pero podrás controlas a tu antojo la vida de los demás.
-Eres un monstruo.
-Soy práctica.
   Sin darnos cuenta el volumen de nuestra discusión había alertado a mis padres. Vi como mi padre salía al porche de la casa. Llevaba en las manos el rifle de caza.
-Quién anda ahí?- Dijo ojeando el horizonte sin llegar a distinguirnos, ya que estábamos detrás de la valla en plena oscuridad. Dos lágrimas rodaron por mis mejillas. Al utilizar mi mano para enjuagarlas, esta quedó manchada de sangre. Miré a Kate buscando una explicación. Ella me hizo un gesto para que la siguiera. Cuando nos habíamos alejado lo suficiente, ella se giró hacia mi.
-Tu cuerpo está cambiando. Sus funciones nunca serán como las has conocido hasta ahora. Tu alimentación será única y exclusiva a base de sangre.
-¡Dios! ¿En que me has convertido?
-Somos vampiros y estamos arriba en la cadena alimenticia.
-No pienso beber sangre.
   Ella rió.
-Cuando tu cuerpo tenga necesidad, no podrás evitarlo.Solo te digo una cosa. Nunca llegues hasta el final.
-¿A que te refieres?
-No mates a tu víctima. Sentirás como su corazón se está parando. Debes parar un momento antes de que se detenga. La sensación de la muerte la sentirás tu también. Es una sensación horrible.
   Quedé totalmente paralizado. Tenía dolor en todo el cuerpo y ella lo sabía. Fuimos hasta la granja de los Gilbert. Allí nos paramos a observar la casa que estaba a oscuras. De repente noté como mi cuerpo vació todos los fluidos que tenía dentro manchando mis pantalones. Ella me miró como una madre mira a su hijo.
-Tranquilo. Es la última vez que tu cuerpo tendrá necesidades físicas. Ahora cogeremos ropa de aquí y te podrás cambiar.- dijo mientras se dirigía a la casa. Yo la seguí. Estaba sucio. De un salto se plantó sobre el tejado del porche y se quedó mirándome. Yo salté y para sorpresa mía llegue sin demasiado esfuerzo a su lado. Entonces miró por la ventana que allí había. Estaban acostados el matrimonio. Eran personas mayores, de unos 60 años. Yo miré horrorizado como se colaba por la ventana. Me hizo un gesto para que entrara. Me indicó con el dedo a la mujer. Ella se dirigió hacia el hombre y sin darle tiempo siquiera a despertarse lo sujeto y le hincó los dientes en el cuello. La mujer se despertó a su lado y empezó a gritar. Me imploraba que la ayudara. Entonces Kate le dio un golpe y la dejó inconsciente mientras terminaba su festín. Vi como su rostro volvía a coger color rosado conforme iba bebiendo su sangre. Al final lo desechó como el que se desembaraza de un brick.
-Venga es tu turno. Ahora no opondrá ninguna resistencia. No lo pienses y hazlo.- Me impuso.
   Mi cuerpo estaba sediento y me empujaba ha hacerlo, mientras mi mente decía no. Al final se impuso el impulso depredador que había nacido en mi. Me agaché sobre la mujer y noté como crecían los colmillos dentro de mi boca. Mordí con fuerza aquel cuello arrugado y empezó a brotar su sangre. Yo sorbía con fuerza. Mi sed se había vuelto descomunal. Notaba como aquella mujer se apagaba entre mis brazos, pero no podía parar. Kate me la arrebató de los brazos.
-Para, no sigas.
   Estaba extasiado. Me notaba pleno de energía. Busqué en el armario algo de ropa para cambiarme. Salí fuera donde estaba la bomba y empecé a bombear con energía entonces me desnudé y me limpié. Luego me puse la ropa limpia. A partir de entonces cada noche he matado. Al principio indiscriminadamente, pero con el tiempo me dije que ya que tenía que hacerlo por lo menos me encargaría de los maleantes. Quizá un arrebato de moralidad o un sentimiento de culpa. No sé...


jueves, 16 de febrero de 2012

Sombra oscura cap. 4

-Lo que vas a oír te puede parecer raro, extraño e incluso una fabula. Te ruego que no me interrumpas.Todavía no sé ni por que te lo cuento. Nadie sabe mi historia. Ni siquiera la adorable pareja que aceptó trabajar para mí a cambio de no hacer nunca preguntas.
-Pero, ¿Qué eres?
-Ten paciencia. Todo a su momento.- Se dirigió hacia la ventana y se quedó mirando hacia el infinito. -Saber mi secreto te acarreará obligaciones de por vida. No se lo podrás contar a nadie. Y no podrás salir de esta casa. Si estás dispuesta a asumirlo te lo contaré.-dijo dándose la vuelta y mirando a la joven. Su expresión había cambiado.Tenía el ceño fruncido y su mirada era una mirada sin vida que dejaba la sangre helada.
-Me estás asustando. ¿Cómo puedes pedirme que renuncie a mi vida? ¿ Y si no acepto? ¿Y si me marcho?- dijo ella con la voz temblorosa.
-Solo te permitiré que te marches sí me prometes que no contarás a nadie lo que has vivido aquí. Ni siquiera a tus padres. Tengo el poder suficiente para saber que lo has hecho. Sería tu final.
-Déjame salir. Tengo miedo. Eres un monstruo- dijo levantándose y corriendo hacía la puerta. Él  se interpuso entre la puerta y ella. ¿Cómo lo había hecho? Corrió hacia la ventana y el volvió a interponerse. Cada vez estaba más asustada. Cogió el atizador que había colgado al lado de la chimenea amenazando con el a Jónathan. Se encontraba a unos 3 metros de distancia. De repente le quitó el atizador de la mano sin lastimarla.
No lo había visto venir. Fue de repente. Elly empezó a gritar pidiendo auxilio. Él la cogió de la cintura y la besó. Intentó resistirse pero a los breves segundos se entregó a él. No podía resistirse, su voluntad había sido anulada.
-Desde el día que te vi en aquel callejón algo cambió en mi interior. Siempre he sido un depredador sin sentimientos. Nunca me involucraba con nadie. Pero tu has conseguido cambiar eso. Desde que me convertí en lo que soy no había vuelto a amar a nadie.- Le dijo mirándola a los ojos. Su expresión había cambiado. Era una mirada de imploración, de desespero. Ella dando un paso atrás le observaba con cierto recelo. Aquel beso la había desbordado totalmente, pero se había recuperado. Intentó coger el mando de la situación. Sabía que tenía pocas bazas. Aquel ser era muy poderoso. Un fallo y sería su "¿cena?".
-Está bien, si quieres que continúe viniendo a esta casa, debes aceptar que yo tengo mi propia vida. Que vendré por voluntad propia, nunca por coacción tuya. Debes entender que te tenga temor. No estoy acostumbrada a que seas lo que seas me aborden de la manera que me has abordado. Deberás ganarte mi confianza.- Ella misma se sorprendió de lo que estaba diciendo. ¿Le estaba poniendo condiciones a aquel ser? Estaba loca. Había firmado su sentencia de muerte. Esperaba que se abalanzara sobre ella en cualquier momento.
-Esta bien. Pero quiero que te quedes a vivir aquí. Así podrás ahorrarte el alquiler de tu piso. Tendrás libertad para salir de la casa cuando quieras. Tendrás libre disponibilidad de todas las dependencias de la casa, excepto las puertas que están en el pasillo que conducen a la cocina. No intentes entrar nunca en ellas. Estas son mis condiciones. Que debes añadirlas a la anterior. No es una petición, es una orden. Si cumples todo lo que te he dicho tendrás libertad de movimientos.- Ella sabía que debía aceptar por el momento sus condiciones. Así que asintió con la cabeza. Él dejó escapar una sonrisa de satisfacción.
   Llamó a la Sra. Winter. y le dio instrucciones para que al día siguiente acompañara a Elly donde ella quisiera a comprar ropa nueva. Ella protestó. Tenía sus pertenencias en su piso. Jónathan la conminó a darle las llaves a Charles y este le traería todo lo que tenía allí. Tuvo que claudicar en el empeño de volver a su piso. Al final le entregó las llaves a Mary para que se las diera a su marido.
   Con un gesto invitó a que la sirvienta saliera de la habitación. Se acercó a Elly y le susurró.
-Eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo. - Y besó su hermoso cuello. Ella sintió un escalofrío, que le recorrió todo el espinazo. Tenía la corazonada de saber de que se trataba lo que tenía delante. Era un vampiro. ¿Pero cómo podía ser? Siempre había creído que eran fabulas. Historias de la tele. Y ahora se encontraba en sus manos.
-Cuéntame algo de tu pasado. ¿Qué edad tienes?
-Jaja, chica lista. Sabía que no me equivocaba contigo. Parece que ya sabes que soy, ¿no?
-Un....¿vampiro?- Temblaba como un flan.
-Sí. Pero no todos los vampiros somos como nos pintan en las películas.
- ¿Ah no?  ¿Quieres decir que no te alimentas de sangre?
-Si pero...-
-¿Quieres decir que no me ves a mi como yo vería un pollo asado?
-¡No! Estas sacando las cosas de contexto.
-Yo creo que no. Matas para alimentarte.
-¿Y tu no? ¿O te crees que ese pollo que te comes siempre ha estado muerto esperando a que lo cocines?
-No es lo mismo.
-Si que lo es.
- No, tu matas humanos para saciarte.
-Pero solo delincuentes, asesinos, violadores....
-Pero son humanos.
-Si yo no actuara así piensa que hubiera pasado el otro día en el callejón. ¿Qué te hubieran hecho aquellos tipos? ¿Te hubieran matado después de violarte? ¿Puedes contestar a esto?
-No.- contestó ella bajando la cabeza. Tenía razón. La había salvado y ahora cuestionaba el por que. Posiblemente había sido una casualidad. Pero si no hubiera sido por la naturaleza suya no lo hubiera hecho. Ahora aquello la abocaba a la situación en la que se encontraba.
   Levantó su cara con la mano con delicadeza. Luego acercó sus labios a los de ella, plasmando en ellos un gran beso. Cada vez que él la besaba conseguía que su voluntad se esfumara. Se entregó con pasión a aquel beso. Abrió la boca y dejó que su lengua explorara cada rincón. Estaba extasiada, su entrepierna se había humedecido sobremanera. La cogió en brazos y la llevó al sofá que había delante de la chimenea. Allí continuó besándola con pasión y ella correspondía. Intentó despasarle el pantalón, pero una mano sujetó la suya.
-No Elly
-¿Por qué?
-No estoy seguro que esa función de mi cuerpo continue en vigor.
-Déjame averiguarlo.
-¡No!- Y con esto se levantó y salió por la puerta.
-Vaya con el vampiro, me pone a cien y luego me deja plantada.- se rio la chica con sarcasmo. Salió de la salita y se dirigió al piso superior donde tenía asignada su habitación. Mientras se desvestía pensaba en lo que había sucedido abajo. ¿Que estaba haciendo? Aquel ser le provocaba temor y morbo al mismo tiempo. Debe ser curiosidad- Se engañaba no queriendo reconocer lo evidente. De repente notó la misma sensación que la noche anterior. Miró hacia la ventana y vio que algo se ocultaba fuera. Cogió el camisón y se tapó, dirigiéndose hacía la ventana. La abrió y una fuerte ventisca entró por ella mezclada con algunos copos de nieve. Sacó la cabeza por ella y miró en todas direcciones.
-¡Se que estás ahí, da la cara!- gritó la muchacha cerrando la ventana a continuación. Sus pezones se habían endurecido y quedaban firmemente marcados en su sujetador. En menos de un minuto llamaron a la puerta.
-¿Quién es?. preguntó ella
-Soy Jónathan - se oyó desde el otro lado de la puerta.
-Un momento - contestó mientras se ponía el camisón. Luego abrió la puerta. Él estaba allí, de pie, mirándola. Tenía manchado el traje con copos de nieve que se estaban derritiendo debido al calor que hacía  en la casa.
-¿Puedo pasar? - esperando la contestación de la joven.
- Esta bien entra - Le dijo situándose a un lado de la entrada. Él pasó e invitó a la joven a que se sentara en la cama. Ella obedeció y se sentó a su lado.


domingo, 12 de febrero de 2012

Sombra oscura Cap. 3

   Elly salió de la salita acompañada de la sra. Winter. Está la guió hasta el piso de arriba donde se encontraba la habitación donde había pasado la noche anterior. Al entrar en la habitación notó un calor agradable producido por la chimenea que había encendido la sirvienta.
-¿Necesitas algo más cariño?.- Preguntó la gentil mujer con una cara que irradiaba felicidad.
- No gracias. Por qué supongo que ¿No será posible encontrar un pijama en el armario verdad?
-Pijama no creo, pero igual puede ser que exista algún camisón.- Contestó la mujer abriendo el armario y escrutando la ropa que había colgada. Después de rebuscar entre ella sacó una percha con un camisón de raso largo. Se lo tendió a la muchacha que lo sacó de la percha y se lo probó por encima.
-Parece que sea de mi talla.- Dijo la chica divertida.
-Si no deseas nada más me retiro.
-Me podrían despertar a las 7. Me gustaría empezar temprano a buscar trabajo.
-Cómo desees.- Salió de la habitación cerrando la puerta tras de si.
   Elly se desvistió y se enfundó el camisón. Era blanco, con un bordado a la altura de los pechos en el cual habían dibujado unas rosas rojas. Apartó la colcha de la cama y se dejó caer rendida. Apagó la luz y se tapó con la colcha. Estaba estirándose cuando se sobresaltó. Había visto una sombra en la ventana. Se levantó de un salto de la cama y se acercó rápidamente a ella. Solo se veía el árbol que estaba situado delante a unos 4 metros de distancia. Sonrió y volvió a la cama, pensando que debía haber sido una sombra del árbol sobre el cristal de la ventana. Volvió a taparse con  la colcha, acurrucándose en el centro de la cama. A los pocos minutos se durmió.
    Entró la sra. Winter en la habitación y se acercó a la joven susurrándole al oído:
-Srta. Elly son las 7 de la mañana.- Al ver que la muchacha no abría los ojos la zarandeó ligeramente.
    Abrió los ojos y saludó a la menuda mujer que la miraba con cara sonriente.
-Te estoy preparando un baño de agua caliente. Supongo que querrás darte un baño.
-Gracias me vendrá bien para despejarme.
-Cuando bajes te prepararé el desayuno.
-Oh, no hace falta. Con un poco de café será suficiente.
-Necesitas alimentarte bien. Que estás en los huesos.
-Mmmm, pareces mi madre.-dijo la joven sonriéndole a la mujer.
-Bueno baja cuando quieras.-dijo la mujer retirándose de la habitación.
   Elly se quedó un momento haciendo una lista de las entrevistas de trabajo que tenía aquella mañana.Primero debía ir al centro a Maxwell & Róberts. Luego se dirigiría al oeste por la sexta hasta Stephens & associated.
Después tendría la tarde para ella. Se levantó de la cama y fue hacia el baño. Como le había dicho Mary tenía la bañera llena de agua humeante. Tocó con la mano para comprobar la temperatura, estaba perfecta. Se desvistió y entró. Se permitió 10 minutos de relajación allí dentro. Remojó su larga cabellera rubia ondulada que le llegaba hasta la cintura y se aplicó champú que había en una repisa. Luego empezó a enjabonarse el cuerpo. Sin darse cuenta se quedó absorta pensando en la mirada que tenía Jonathan. Fueron breves instantes, pero cuando recobró la lucidez su mano estaba en su entrepierna.
-¿Pero que estoy haciendo?- pensó apartando la mano. Se levantó, quitó el tapón de la bañera para dejar salir el agua y cogió la toalla para secarse. Salió a la parte de fuera y empezó a vestirse. Luego se colocó delante del espejo y procedió a secarse enérgicamente con la toalla el pelo. Era una suerte tener el pelo rizado. Aunque no era un rizo pequeño le permitía no dedicarle demasiado tiempo a acicalarlo. Fue hasta la habitación y cogió su bolso. Lo abrió y saco su "kit" de viaje para arreglarse. Un poco de maquillaje, un poquito de sombra de ojos y su pintalabios preferido. Luego volvió hacia la cama y la arregló.
   Bajó a la planta baja. Al llegar al hall Mary salía de la puerta que daba a la cocina y la invitó a entrar al comedor. Allí tenía preparado otro desayuno de campeones, a base de tostadas con mantequilla, zumo de naranja, café, unas tartaletas con mermelada de fresa y 2 trozos de melocotón en almíbar.
-Esto es demasiado Mary.- dijo la joven con sorpresa.
-Come lo que te apetezca. No te preocupes. Todavía no conozco tus gustos, por eso te pongo un poquito de todo.- Le dijo sonriendo.
   Cogió el zumo de naranja y le dio un largo sorbo. Luego destapó una de las tartaletas de mermelada y le puso una cucharadita a una de las tostadas. Luego cogió la taza de café y la apuró de un trago. Se terminó la tostada y por último terminó de beberse el vaso de zumo. Tuvo un efecto laxante bastante rápido. Llamó a la Sra. Winter y le preguntó si había algún servicio en la planta baja. Esta le indicó donde se encontraba.
    Después del apuro, se despidió de Mary y salió por la puerta principal. Hacía un día magnifico aunque algo fresco. El sol resplandecía ya en el horizonte aunque solo eran las 8.30 de la mañana.
-Buenos días Charles.- Saludó al chofer.
-Buenos días Señorita Elly.- Contestó.
-¿Me puedes acercar a mi casa?
-Claro que sí. Ya tengo el coche preparado. Ahora mismo lo traigo.-Le dijo alejándose hacia la parte lateral de la casa donde se encontraba el garaje. Al momento apareció con el mercedes negro, paró delante de la puerta y bajó abriéndole la puerta trasera para que entrara la chica.
   De camino Elly sintió curiosidad.
-¿A qué hora ha salido el señor?
La pregunta cogió desprevenido al chófer, he hizo como si no hubiera escuchado a la joven.
-Charles ¿Sabes a que hora se ha ido Jonathan?
-Debe haber salido muy temprano porque yo todavía no me había levantado. Pero no te preocupes a la noche seguro que ha regresado.
-Por cierto ¿Sabes a donde ha ido?
-El señor nunca me ha dicho donde trabaja.
  Elly se quedó decepcionada por aquella respuesta. Sentía curiosidad por aquel hombre y quería saber todo lo que consiguiera averiguar.
   Llegaron a la calle donde vivía  y paró el coche.
-¿Necesita que la lleve alguna parte más?
-No gracias, cogeré el metro.Venga a recogerme a las 7.30.
-Muy bien, como guste señorita.- Salió del coche y le abrió la puerta para que ella bajara. Luego volvió a subir y bajando la ventanilla le dijo -A las 7:30 estaré aquí.- Y arrancó el coche perdiéndose de vista al doblar la esquina. Ella subió por el ascensor hasta la quinta planta. Entró en casa y se dejó caer en el sofá. Suspiró profundamente. ¿Qué le estaba pasando? ¿Acaso se estaba enamorando de aquel hombre que casi no conocía? Estaba hecha un lío. Miró el reloj de pared. Marcaba las 10 menos diez. Se levantó como un resorte. Fue a la habitación y cogió la carpeta donde llevaba los currículums. Salió del piso casi al trote. Montó en el ascensor y bajó a la calle. Allí se dirigió  hacia la boca del metro de la esquina. Tenía muchas expectativas en estas entrevistas.


   Se metió debajo del agua caliente. ¿Qué no tenía experiencia? ¿Cómo se suponía que la adquiriría si no le daban oportunidad? Estaba frustrada y rabiosa. Salió de la ducha y se cambió. Se calzó unos pantis negros y se embutió en el traje negro de falda corta. Quería estar "sexy". Necesitaba sentirse bien con ella misma.
   Cuando terminó de arreglarse bajó a la calle. Allí la esperaba ya Charles con el Mercedes. Estaba oscureciendo.Cuando llegaron a la casa el sol se había puesto y solo quedaba una pizca de resplandor del ocaso. Le abrió la puerta el chófer y ella bajó, acercándose a la entrada de la casa. La puerta se abrió y apareció Mary al otro lado sonriéndole.
-Buenas noches Mary.
-Buenas noches señorita Elly.
   La acompañó a la salita y le dijo que el señor bajaría en unos minutos. Después le preguntó si quería tomar algún refrigerio. El ama de llaves salió de la sala y volvió al cabo de unos minutos con una bandeja donde portaba un vaso de tubo con hielo, un bote de cola y un plato con una galletitas saladas.
-Gracias Mary. Eres un encanto.
-No hay de qué señorita.- Contestó con una sonrisa de oreja a oreja.
  La joven se había ganado el corazón de aquella mujer que llevaba mucho tiempo sola en la casa sin más compañía que la de su marido y la del dueño. Salió de la habitación rumbo a la cocina. Hoy prepararía ella la cena. Y aunque la joven le indicó por la mañana que no prepararan tanta comida, lo cierto es que la mujer quería quedar bien. Así que preparó de primero una ensalada de mariscos y para segundo plato preparó un pastel de carne cubierto con pasta de hojaldre.
   Se abrió la puerta y apareció Jónathan con su traje negro.
-Buenas noches Elly.- Dio cogiéndole la mano y besándola.
-Buenas noches Jónathan.- Contestó sonrojándose.
   Se sentaron a la mesa y empezaron a cenar. Ella estaba un poco seria. Él al apercibirse le preguntó que ocurría.
-Hoy en las entrevistas ha sido un desastre. Tengo una buena preparación pero carezco de experiencia.¿Qué se han creído que la experiencia crece en los arboles?.- dijo visiblemente molesta.
-Tranquila, seguro que tendrás más oportunidades.
-Pero necesito trabajar. El alquiler del piso me vence en 2 semanas y si no encuentro un trabajo pronto el casero me echará a la calle.
-Bueno, podríamos llegar a un acuerdo y solucionar eso.- ofreció él.
-¿A qué te refieres?
-De momento y hasta que encuentres trabajo, podrías venir a vivir aquí. A cambio me pagarás con tu compañía.
-Claro, así me convertiré en el parásito que mi padre estaba harto de repetirme que me convertiría. "Dependiendo de un hombre que te mantenga. Convirtiéndote en una foca y criando a sus hijos."
-Jajaja.- rio él con tal potencia que Elly se asustó. Al darse cuenta intentó modificar el tono de su risa.Se levantó de la mesa y fue a la ventana. Allí se quedó de pie, mirando los copos de nieve que habían empezado a caer. Él se aproximó por detrás, y le acarició el pelo.
-Lo siento, no quería reírme.- dijo con delicadeza.Ella se apartó de él y con el miedo en los ojos lo miró.
-¿Qué eres?
-Es algo que no te puedo explicar. Padezco una terrible enfermedad.- Volvió a acercarse a ella. Esta vez no se apartó, incluso dejó que le acariciara la mejilla con aquella mano fría.
-¿Qué tipo de enfermedad? Estás frío. No comes. Estás pálido. Y tu voz a cambiado radicalmente al reír.
-No me presiones Elly. Creo que no estás preparada para escuchar mi historia.
-Está bien. Tengo que marcharme.
-No lo hagas. Por favor. Debes confiar en mí.
-¿Cómo quieres que confíe en ti si tú no confías en mi?- Le espetó ella. Estaba muy nerviosa y casi llorando.
-Cálmate. Te lo explicaré en su momento. Termina de cenar.
-¿Para qué?¿Para que estés observándome mientras como? ¿Acaso creías que no me daría cuenta?
-No era mi intención. - Se veía sobrepasado por aquel aluvión de preguntas y afirmaciones. Ella se sentó a la mesa. Sin dejar de seguirlo con la mirada. Él estaba de frente a la ventana. Se giró y se dirigió hacia ella.
-Pasemos a la salita. Allí te contaré lo que quieras saber.-Dijo saliendo con paso firme. Ella lo siguió con cierto temor.
-¡Señora Winter que nadie nos moleste!- Y entró en la salita. La joven miró a la mujer como queriendo interrogarla con la mirada. La mujer le sonrió como para tranquilizarla.
-No te preocupes cariño. No quiere hacerte ningún daño.
-¿Como estás tan segura?
-Por qué si quisiera hacértelo ya lo hubiera hecho.
   Entró en la habitación. Jónathan estaba de pie esperándola.
-Cierra la puerta, por favor. Siéntate.- Y le tendió la mano para ayudarla. Ella la ignoró.


martes, 7 de febrero de 2012

Sombra oscura cap. 2

   Eran las 8:05pm y la Sra. Winter le dijo a Elly que tomara asiento. La chica preguntó:
-¿Y el Sr. Leslie? ¿No ha vuelto todavía?-  
-Enseguida bajará, está aseándose del viaje.- Contestó la mujer. La muchacha tomó asiento en una de las sillas de la mesa, la que daba frente a la puerta. Había oscurecido por completo y por la ventana solo se veía la luz que irradiaba la luna casi plena que empezaba a decrecer. Entonces se abrió la puerta y entró el Sr. Winter arrastrando un carrito donde se veía una botella de vino, con dos copas que el "camarero" situó delante de la chica una de ellas y en el otro extremo de la mesa la otra. Elly estaba observando al  Sr. winter cuando de repente apareció una figura a su lado que la sobresaltó. 
-Disculpa querida, no era mi intención asustarte.- Dijo el hombre.
Elly se quedó descolocada ¿Por dónde había entrado? La puerta seguía cerrada y no le había perdido ojo en ningún momento. Cuando se repuso del sobresalto, la muchacha se levantó.
 -No se preocupe, estaba distraída y no me percate de que usted había entrado.- Intentó que sonara convincente la joven.
Le cogió la mano para sorpresa de Elly y se la besó casi sin contacto. Ella sintió un escalofrío que le recorrió la espalda. Tenía la mano y los labios fríos. Cuando levantó la cabeza miró a los ojos a la muchacha. Tenía una mirada penetrante, casi podía notar como si le leyera la mente. Ella dio un paso atrás instintivamente. 
-Me llamo Jónathan. Como podrás haber podido comprobar está todo un poco anticuado en esta casa. Eso es debido a que la heredé, ya que mi familia procede de la nobleza europea y por consiguientes se han coservado también las normas de conducta en ella. No te preocupes por nada. No tienes por que sentirte obligada. Yo a veces también pienso que el protocolo está pasado de moda.-
 -Gracias. Soy Elly, Elly Thomson..Gracias por lo de anoche. No se que hubiera pasado si usted no llega a aparecer.- dijo la chica sinceramente. 
Apartó gentilmente la silla para que Elly se sentará como si no hubiera visto su acción. Eso reconfortó a la joven que aceptó la invitación y se interpuso entre la mesa y la silla, dejando que él se la aproximara y ella se sentó. Rodeó la mesa y se sentó justo enfrente de ella
-Llámame Jónathan. Me aburre que todos me traten de usted.-
-Esta bien Jónathan, como prefieras- sonrió la joven sonrojándose. 
-Tuviste suerte ayer. Pasaba por casualidad por la calle contigua y oí el alboroto, entonces decidí acercarme a ver que sucedía. Suerte que llevaba el bastón que siempre me acompaña y pude defenderla de aquellos delincuentes.- Entonces movió la cabeza hacia el camarero. Este al ver la señal cogió la botella de aquel vino que había abierto hacía unos minutos. Pudo ver en la etiqueta que se trataba de un "Cabernet Savignon" del 86.
 Se quedó perpleja. Aquella botella debía rondar los 1000 pavos y él le ofrecía una copa como si nada. Ella nunca había soñado probar algo como aquello y ahora lo iba ha hacer. Le sirvió un par de dedos en la copa. Una copa alta, de un cristal muy fino, que Elly se quedo observando.
-Es una cristalería de Bohemia. Posiblemente de las mas caras que se hayan fabricado nunca. El grosor del cristal es de tan solo medio milímetro. Son altamente frágiles. 
   Ella se sintió incómoda con la copa en la mano. Siempre había sido bastante patosa y tenía temor a poder romper aquella maravilla.
   El Sr, Wínter  dejó la botella de vino en el carrito y cogió otra botella completamente negra. La joven se sorprendió, y puso cara de sorpresa cuando el Sr. Leslie le dijo:
-No te importará que yo no beba vino. No me sienta bien. El médico me recomendó que dejara de tomarlo por precaución por el estómago. En su lugar tomo un zumo de frutas silvestres que prepara la Sra. Winter. 
   El camarero se aproximó su señor, y vertió un poco en la copa de aquel liquido con un rojo intenso. Entonces entró la Sra. Winter con una fuente tapada. Se aproximó a la joven y retiró la tapa. Allí apareció el puré de patata, y le sirvió un cucharada de él. 
-¿Quiéres un poco más, querida?- Le dijo la mujer sonriéndole. 
-No, gracias.- Contestó amablemente la joven. 
  Hizo el movimiento de aproximarse hacia el Sr. Leslie, pero este le hizo un gesto de negación con la cabeza. La mujer se retiró, dejando la bandeja en la parte de abajo del carrito, no sin antes haberla tapado de nuevo. Entonces salió de la sala.
-¿A que te dedicas Elly?¿No te importa que te llame Elly verdad?- Preguntó con una sonrisa que dejó entrever el blanco radiante de sus dientes entre los labios. 
-Sí claro, llámame Elly. Pues acabo de salir de la universidad. Estoy buscando todavía empleo. Vine de Pittsburgh, donde vivía con mis padres. Espero poder colocarme en algún buffet de abogados. Estudié derecho. ¿Y tú, a qué te dedicas?- Preguntó ella cada vez más turbada por la mirada de él. Esos ojos penetrantes remataban una cara casi perfecta, que le decía a Elly que no tendría más de 35 años, lo cual no era lógico, ya que la Sra. Winter antes le había mencionado que llevaba al servicio del señor más de 30 años. Quizá lo entendió mal. 
 -Bueno ahora invierto en bolsa por diversión. Pero tengo empresas por todo el mundo. Con diferentes nombres. También soy accionista de las mayores petrolíferas del mundo. También poseo una de las mayores minas de diamantes de Sudáfrica. Pero no quiero aburrirte con temas de trabajo.-Le contestó él sin demasiado entusiasmo. 
-Oh no por favor. Es increíble. Nunca hubiera imaginado que el tío más rico del mundo me iba a salvar la vida.Ops, perdón. Quise decir el hombre más rico del mundo.- Dijo ella sonrojándose.
-No te preocupes, habla como quieras. Estamos entre amigos.- Contestó con amabilidad.
   Entonces se abrió la puerta y apareció de nuevo la mujer cargada con otra bandeja que parecía plata auténtica, con una tapa también de plata, en la cual habían grabado el escudo de la familia. Al situarse al lado de la muchacha destapó la fuente, dejando a la vista aquella lubina que había sido descabezada y partida en 2 mitades. Al lado habían patatas pequeñas, redondas y con piel, que habían sido asadas al horno. Habían rodajas de berenjena, hechas a la plancha con una pizca de aceite y unas rodajas de cebolla, cortadas perfectamente, que también habían sido asada al horno, aderezada con un chorrito de aceite y un poquito de perejil picado. 
   La mujer sirvió la mitad de aquella lubina que olía exquisitamente, y le adornó el plato con una patata y varios trozos de cebolla y berenjena. Aquella mezcla de fragancias, abrió definitivamente el apetito de la joven, la cual, mirando a su anfitrión le sonrió. La mujer rodeó la mesa para situarse a la izquierda de su señor y le sirvió la otra mitad de la lubina con sus correspondientes patata y trozos de berenjena y cebolla asadas.
-Gracias Sra. Winter- le dijo cortésmente a la mujer. Esta salió de la estancia con la bandeja en la mano, con una sonrisa de complicidad.
   La joven dió un sorbo del vino, y cortó un trozo de lubina llevandoselo a la boca. Allí estalló su sentido del gusto. Era como una explosión de sensaciones en su paladar. Mientras el camarero se aproximó y rellenó su copa. Ella continuó comiendo mientras él la observaba anodadado desde el otro lado de la mesa.
-Está muy bueno el pescado ¿Verdad?- Preguntó la joven con claras muestras de satisfacción.
-Por supuesto querida. La Sr. Rebeca es una gran cocinera.- Replicó él.
Ella terminó de comer la lubina y apenas probó la verdura. A un gesto de su anfitrión el camarero hizo sonar una campanilla. Inmediatamente entró la Sra. Winter cargada con otra excepcional bandeja de plata. Al acercarse a la muchacha la destapó dejando la tapa encima de la mesa y sirvió un trozo de aquel increíble redondo de ternera del cual emanaban otra sinfonía de aromas. Elly, con la boca echa agua, pidió a la Sra. Winter que le pusiera un poco más de salsa. Mientras el Sr. Winter había retirado los platos del pescado. La joven volvió a beber otro sorbo de aquel magnífico vino que empezaba a hacer mella en su timidez.
-Esto está riquísimo.- dijo mirando a Jónathan que la observaba con gran satisfacción.
-Sra.Winter cuando vuelva a la cocina felicite a la Srta. Rebeca y dóblele hoy el sueldo. A hecho una gran labor.-
-Como usted diga señor.-Contestó la amable mujer.
   Salió de la sala cargada con la bandeja de la lubina y los platos sucios que tan amablemente había retirado su esposo. Elly apuró el trozo de carne exquisitamente condimentada y levantando la cabeza observó que su anfitrión apenas había tocado el plato.
-¿No tiene hambre? Apenas si ha tocado el plato.-
-¡Ah! Bueno resulta que antes de volver a casa tuve una reunión con un cliente y debí picar demasiado. Tengo la sensación de estar lleno. Pero no te preocupes, más tarde, antes de acostarme, igual como un poco más.- Dijo sonriendo de forma maliciosa.
  Llegó la criada con una bandeja repleta de fruta de todo tipo. En ella se veían fresas, rodajas de piña natural, tajadas de sandía, cerezas, manzanas rojas brillante, melocotones etc. Ofreció a la joven la bandeja y esta cogió algunas fresas y una rodaja de piña. Luego se la ofreció a su señor pero este rehusó tomar nada. Prácticamente al unísono entró de nuevo el sr. Winter con una bandeja con el servicio del café y la sra. Winter con la tarta de limón que había preparado la cocinera con tanto esmero.
-¡Uf! Estoy que reviento.- dijo la chica pasándose la mano por la tripa.
-Jajaja.- Rió él divertido ante aquel comentario.
-En serio, he comido demasiado. Pero es que está todo tan bueno que sin querer te fuerzas a comer.
-Ahora pasaremos a la salita y probarás un licor que te ayudará a digerir mucho mejor. Lo trajo mi padre hace ya muchos años desde un pueblecito de Italia. Es como un bálsamo que relaja el estomago y facilita la digestión.
-Eres demasiado generoso conmigo. ¿Me pregunto por qué?
-Bueno hace mucho tiempo que no tenía el placer de disfrutar de la compañía de nadie.Y no se por qué cuando te vi tuve ganas de poder conversar contigo.
  Ella enrojeció intentando disimular una sonrisa. Aquel hombre era un tío elegante, que mediría sobre 1,80, Atractivo, un poco pálido, con una mirada que la había cautivado. Se sentía atraída por él. Aunque parecía que tuviera 15 o 20 años más que ella.
     Se levantó de la silla y galantemente fue donde estaba ella y la ayudó a levantarse. Entonces dio orden de que sirvieran el café en la salita y salieron a la puerta contigua. Allí se sentaron en sendos butacones de cuero. Delante de ellos había una mesita baja, donde sirvieron café a Elly. Luego la criada le ofreció un trocito de tarta de limón no demasiado grande. Jonathan dió orden al mayordomo que le sirviera también una copita de aquel licor al que había hecho referencia anteriormente. Estuvieron conversando animadamente sobre el trabajo que quería conseguir la joven. Sin darse cuenta se hicieron las 2 de la madrugada. Elly había repetido un par de veces de aquel licor dulzón y le había producido un leve mareo, del cual no se dió cuenta hasta que intentó levantarse del sillón.
-Debo volver a casa.- dijo ella intentando mantener el equilibrio.
-Podrías quedarte aquí a pasar la noche sin ningún tipo de problema. Ahora daré orden a la sra. Winter  de que prepare la habitación de invitados.-
-Por favor, no te molestes. Haz que me pidan un taxi. No quiero molestar.
-No es ninguna molestia. Además, las horas que son será difícil encontrar un taxi. Mañana por la mañana el Sr. Winter te llevará donde quieras.
-Esta bién, solo puedo darte de nuevo las gracias.
  Él sonrió complacido. Llamó a la sra. Winter he indicó que preparara la habitación de invitados. Esta salió de la salita llevándose la bandeja del servicio de café.
   A los 10 minutos volvió anunciando que la habitación estaba preparada. Se había tomado la libertad de encender la chimenea que había en ella. La joven se lo agradeció y le dedicó una sonrisa.
-Bueno pues, será mejor que vaya a acostarme. Mañana tengo que seguir buscando trabajo.- Dijo mirando al anfitrión con una sonrisa.
-De acuerdo. Pero antes de que te retires me gustaría que aceptaras cenar mañana conmigo de nuevo. He disfrutado mucho de tu compañía.
   Ella se sintió alagada. Aceptó casi sin pensarlo. Aquel hombre sin querer había despertado en ella una mezcla entre curiosidad y amistad. Él la cogió de la mano y se la llevó a los labios besándola. Ella volvió a sonrojarse.
-Buenas noches Jonathan.
-Buenas noches Elly.



miércoles, 1 de febrero de 2012

Sombra Oscura Cap. 1

Cuando despertó era de día, la luz del sol entraba por la ventana de aquella habitación que no reconocía. Se abrió la puerta y apareció una mujer menuda, de unos 60 años. Portaba una bandeja en la que se distinguían unas tostadas, huevos revueltos,mermelada de fresa en un pequeño plato y un zumo de naranja.
Dejó la bandeja sobre la mesita y sonrió a Elly dejando entrever los negros dientes que aún le quedaban.
-Buenas tardes querida, supongo que te preguntaras ¿Donde estás?- Elly cortesmente contestó:
 - Buenos dias, ¿Qué ha pasado? ¿Por qué estoy aquí?- La mujer le respondió con cara de bondad:
-Anoche la trajo el Sr. Leslie, dijo que cuidara de usted, que había sufrido una agresión. También me dijo que le comunicara que en el armario tiene ropa para cambiarse y que si usted tuviera a bien le gustaría invitarla a cenar, para comprobar como se encuentra.
Elly miró debajo de las sábanas y vio que su cuerpo estaba medio desnudo. -¿Quien me ha desvestido?.-
-Fuí yo querida. Cuando la trajo el Sr. Leslie tenia un aspecto horrible, y me pidió que la aseara un poco.-
-¿Dónde está el  Sr. Leslie? Quisiera darle las gracias por lo que hizo anoche.-
- En estos momentos se encuentra ausente, esta noche si accede a cenar con él, tendrá oportunidad de
conocerle.
-Quisiera vestirme e irme a casa. Mis padres estarán preocupados.-
-Claro querida, coge la ropa que necesites del armario, creo que te estará bien.- Diciendo esto la pequeña mujer salió de la habitación dejando a solas a Elly. Esta examinó la habitación. Los muebles eran antiguos, aunque bien conservados. Las cortinas y ropa de cama eran de un estilo que Elly no conocía. Ella estaba puesta al modernismo de hoy en día. Al abrir el armario emanó un fuerte olor a neftalina, señal de que hacía mucho tiempo que no se había abierto. Le entró risa al ver los trajes antiguos colgados allí. Eran de una época que ella solo había leído en libros. Cogió uno de los más discretos que pudo. Al girarse recordó la bandeja con el frugal desayuno que le había dejado la sirvienta. Se acercó y devoró los huevos revueltos con una tostada y se bebió el zumo de naranja. Luego salió de la habitación, esta daba a un pasillo el cual desembocaba a unas escaleras de madera en forma de semi-caracol. A lo largo del pasillo habían 4 puertas más. Elly intentó abrir una pero estaba cerrada con llave.Abordó las escaleras con temor. Daban a un gran hall el cual se iluminaba por una gran vidriera colocada estratégicamente encima de la puerta, por la que entraba el sol durante prácticamente todo el día.
-¡¿Holaaaa!?- Intentó  llamar la atención de la sirvienta, la cual no aparecía por ninguna parte.
De repente desde debajo de las escaleras apareció aquella. Elly no se había percatado de la presencia de una puerta allí debajo.
-¡Ahhh! Ya bajó señorita, me alegro verla con mejor color de cara.-
-¿Me dice dónde estoy? Quisiera llamar a un taxi e irme a casa.-
-No te preocupes cariño, el Sr. Leslie dió orden de que se te acompañará a casa. Mi marido te está esperando en la puerta con el coche. Él te llevará donde le indiques.- Le contestó amablemente la menuda mujer.
-Gracias.
-Por cierto querida, la cena será servida a las 8. Si lo deseas mi marido esperará a que te arregles y te traerá de vuelta.- Dijo la sirvienta con cara pícara.
-Está bien, le agradezco tanta amabilidad.- Contestó Elly. Se sentía invadida por la curiosidad de conocer a su benefactor. Y por ello aceptó la invitación.
Elly salió por la gran puerta de madera con vidrieras incrustadas. Al salir quedó maravillada con el paisaje.
Una gran extensión de césped rodeaba la casa con grandes arboles colocados aquí y allá estratégicamente.
A la derecha de la entrada se veía un invernadero lleno de flores. Elly bajó los 3 escalones de la entrada y se
acercó al coche. El chófer bajó del mismo y le abrió la puerta de atrás. El gran Mercedes que había allí aparcado era negro. Las llantas eran plateadas y entre sus rayos se veía el disco de freno el cual era rojo. A
Elly le sorprendió que el coche estuviera tan "a la moda" viendo las características de la casa que era de un
estilo victoriano.
Le dió la dirección al chófer y se reclinó en el gran asiento de cuero.
                                                        *          *           *
   Subió al cuarto de baño y abrió el agua caliente. Mientras se desnudaba intentó imaginar el rostro de su salvador. Debía ser un hombre muy fuerte para haber acabado con los tipos esos. Además, ¿Qué había utilizado para desgarrar las gargantas de esa manera? ¿O acaso lo había soñado? Se metió debajo del agua y se relajó. Cuando hubo salido se puso el albornoz y se fue al contestador. La luz de los mensajes parpadeaba. Apretó el botón de play y escuchó el primero.
-Elly soy mamá, hoy no me has llamado ¿Te encuentras bien? Llámame.-
El segundo mensaje era de esta mañana.
-Elly estoy preocupada. Por favor llama. Tu padre dice que si no llamas hoy llamará a la policía.
Descolgó el teléfono y marcó el número de sus padres.
-¿Diga?-
-Hola mamá.-
-¿Te encuentras bien hija?¿Por qué no llamaste ayer?-
-Pasé la noche en casa de una amiga y se me despistó. Lo siento.-
-No sabes el susto que nos has hecho pasar.-
-Estoy bien...De verdad.-
-Bueno pero no lo vuelvas hacer.-
-Este fin de semana no os podré llamar porque me voy con unos amigos a una caseta de campo donde no hay cobertura. Así que no te preocupes.Te llamaré el lunes.
-Esta bien. Protégete del frío. Y come bien. Y...-
-¡Mamá! Qué ya no soy una niña. Bueno te dejo que tengo que vestirme. Hablamos el lunes. Adiós.-
-Adiós hija.
   Fue hacia el armario y  lo abrió. No sabía como vestirse, si ir de manera informal o ponerse un vestido de gala. Sacó un vaquero ajustado color negro y lo dejó sobre la cama. Después cogió una camisa blanca y la puso encima para ver el efecto que producía. Cogió también un vestido de terciopelo negro, con la falda corta y cuello "palabra de honor" y lo dejó al lado del otro conjunto en la cama. Al final no se decidió por ninguno de los dos. Volvió a mirar en el armario y encontró un pantalón en cuero negro y una camisa negra.
Fue a la parte de los jerseys y abrió la puerta dejando al descubierto 4 estantes repletos de ellos bien plegados. Eligió uno, negro también, de cuello alto y de lana. Así se protegería del frío.
  Volvió al baño y empezó a maquillarse sin cargar demasiado su bonita cara. Un poquito de colorete, la rallita de los ojos, un poco de sombra azul de ojos, rimmel en las pestañas y su pintalabios favorito, un rosa cálido que le confería una sensualidad especial.
   Bajó de nuevo a la calle y allí estaba el coche que la había traído hasta casa. Subió en aquel majestuoso Mercedes y saludo al chófer:
-Hola, ya estoy aquí.
-Hola señorita. ¿Podemos volver a la casa?-
-Sí. Y por favor, llámame Elly.-
-Como desee señorita Elly.-
   Ella sonrió por lo bajo. Aquel hombre que no sobrepasaría el 1.70 de altura era de complexión ancha debido a que era el encargado del jardín así como del invernadero que había fuera. Aparte también se encargaba de las reparaciones de la casa y de las compras que su mujer le mandaba hacer. Daba cierta confianza. Se le veía en el semblante que no tenía malicia.
   Llegaron a la casa del Sr.Leslie. Estaba anocheciendo. Serían alrededor de las 7:45pm aunque no lo sabía a ciencia cierta puesto que no llevaba reloj. Descendió del coche y subió los tres escalones para llegar a la puerta principal. El mismo chófer le abrió la puerta y la acompañó a una salita.
-Espere aquí señorita Elly. Voy a dejar el coche en el garaje. Enseguida vendrá mi esposa, la señora Winter, y la atenderá.-
-¿Y el Sr. Leslie? ¿No ha vuelto todavía?-
-No lo sé, señorita Elly. Yo estaba con Usted. Ahora la informará la señora Winter.-
-Gracias Sr. Winter- Dedujo ella.
-Por favor llámeme Charles.-
-Ok Sr. Charles- dijo Elly con un poco de sorna.
   El chófer salió por la puerta dejándola sola en la estancia.
Ella se puso a observar aquella habitación llena de estanterías con libros. A la parte izquierda de la puerta, había un gran ventanal por el cual entraría un esplendido sol casi todo el día.
   Al momento entró la Sra. Winter. Llevaba en una bandeja un platito con unos cacahuetes, una cerveza y una cocacola. Había también un vaso alto de tubo y una cubitera, al lado de un plato con 2 trocitos de limón.
-¿Le apetece un tentenpié mientras se termina de hacer la cena?-
-Es usted muy amable Sra. Winter.-
-Por favor llámame Mary.-
-Como prefiera Sra. Mary. Llámeme a mi Elly.-
La mujer sonrió con amabilidad.
-¿Dónde está el Sr. Leslie? ¿Puedo conocerle ya?-
-No se preocupe Srta. Elly, el Sr. Leslie acudirá para la cena al comedor. Es un hombre muy especial y a veces muy ocupado también.
-Está bien. Tendré que dominar mi impaciencia.- Dijo la muchacha  con una sonrisa.
Abrió la lata de cocacola y la Sra. Winter le sirvió 2 cubitos de hielo en el vaso de tubo.
- ¿Quiere una rodajita de limón?-
-Sí, por favor.- Contestó Elly. -¿Hay más gente en la casa aparte de usted, su marido y el Sr. Leslie?-
-Por norma general no. Nos encargamos de todo mi marido y yo. Llevamos al servicio del señor 40 años poco más o menos. Pero como hoy es una ocasión especial se ha contratado a una cocinera externa.-
-¿Podemos ir a ver que está cocinando? Quisiera ver que está preparando y de paso me enseña un poco la casa.-
-Está bien querida, sígueme.- La pequeña mujer salió por la puerta dejándola abierta para que Elly pudiera seguirla. Al llegar al gran hall, se paró, se giró y le dijo:
-Esto es como el pulmón de la casa. Aquí, con estas grandes vidrieras, entra el sol todo el día, calentando toda la casa por un sistema de absorción de calor. Además son preciosas las vidrieras con su colorido.-
Ella observó aquel gran cristal multicolor que representaba una escena de un hombre sobre otros con una espada en la mano, como si fuera a segarles la vida. La verdad es que era muy bonita. De allí pasaron por la puerta de debajo de la escalera que daba a un pasillo, donde habían 3 puertas más. La del fondo estaba abierta y de ella emanaban unos aromas que hicieron que el estómago de Elly reclamara su parte.
- ¡Oh por Dios! Qué rico debe estar eso.-  Dijo ella suspirando mientras inspiraba aquella fragancia a carne que salia de la cocina. Llegaron a la puerta y entraron saludando a la cocinera.
-Rebeca esta es la Srta. Elly, ha tenido el gusto de conocerte y saber que preparas. Explícale qué es lo que estás cocinando y en que consiste la cena.-
-Como usted diga Sra. Winter- Dijo la cocinera como si tuviera algo de temor. -
Hola Srta Elly. De primero le he preparado un puré de patatas tamizado, espero que sea de su agrado. De segundo va a tener lubina a la espalda con guarnición de verduras. Como plato fuerte estoy preparando redondo de ternera con salsa de setas silvestres. De postre tendrá fruta y una tarta al limón que preparo yo misma.-
-Es mucha comida. Aquí hay para un regimiento entero.- Dijo la muchacha con satisfacción.
-No te preocupes querida si sobra algo lo daremos a la beneficiencia.- Dijo Mary con cierta malicia en el tono de su voz. -Sígame por aquí Srta. Elly- Dijo la mujer mientras salia por la puerta por la que había entrado. Elly salió tras ella saludando con la mano a la cocinera,y entonces pregunto al ama de llaves:
-¿Qué hay tras esas puertas Sra. Mary?-
-Son las dependencias de la servidumbre y el sótano, donde lavamos la ropa.- Dijo la Sra Winter sin mucha convicción.
   Salieron por la puerta de abajo de la escalera y cruzaron el hall de nuevo, entrando en la puerta de al lado de la salita. Aquella habitación era un gran comedor. Con una mesa larga en el centro con dos sillas, una a cada lado de la mesa, lo cual hacía que hubiera una distancia entre ellas de unos 4 o 5 metros. Elly se rio para sus adentros. Pensaba que todas aquellas formalidades habían muerto mucho tiempo atrás. Hoy en día la gente comía en grupo. Era como más familiar. Esto le producía escalofríos,  notaba que estaba pasando algo raro.