lunes, 31 de marzo de 2014

El tiempo dictará.

       Ha nacido una nueva sinfonía de emociones en mi pecho. Algo que no se puede describir pero que te genera una nueva ilusión en la vida. Cuando todo parecía yermo, arrasado por el arrebato incontrolado del ser que era tu motor, aunque a veces te llevara a las situaciones más insospechadas.

       Vamos, todo esto cambió, un día, una llamada, una sonrisa y mi corazón quedó prendado de la dama que tantas veces había visto pasar. Ella sonreía, desde su letanía incolora, roto su corazón hace tiempo, sin querer supongo, ha dado vida al mío. ¿Cómo revivir en ella el latir de un nuevo amanecer, que nos una en un nuevo día y para siempre?

     Mi bomba de la vida se detiene cada vez que sin pensarlo siquiera, nos encontramos en la calle, en la esquina o simplemente en mi imaginación. Suspira por que nuestras miradas se crucen y que produzca una sonrisa en sus labios que le devuelva la alegría, que le devuelva la confianza y que le dé fuerzas para confiar en mí. Que me dejé acercar sin malas artes, solo con el sentir y latir de mi corazón como banda sonora de mi paso.

     Ella, dolida como está por el amor pasado, reacia a dejar ver su sentir, ¿por miedo quizá? No lo sé. Cuando cruzamos unas simples palabras mi cerebro parado queda, no salen las palabras por mi boca que mi corazón si que dicta, pero por miedo a herir sus sentimientos no transmito, puesto que en cuanto acelero sin pensar un poco mi verborrea ella frena con dulzura que hiere.

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