martes, 6 de agosto de 2013

Un simple viaje cap. 7

                                                                   ANGUSTIA

   Llevaban casi una  hora de huida de una de las tres naves que con anterioridad les habían atacado. Habían destruido una y en su huida habían conseguido inutilizar otra. Pero ahora la tercera les perseguía con ahínco. Cada vez se acercaba más a la Andrómeda pese a los esfuerzos de Kate y la computadora intentaban optimizar por todos los medios la velocidad de la nave. Habían apagado todos los sistemas que no eran indispensables y concentrado la energía en los motores y la navegación.  Al retrasar la aproximación de la nave persecutora también habían ido aproximándose a la zona de intercepción  donde aparecería la liberty.

-¿Se podría soltar la bodega de carga para intentar obstaculizar el paso de esa nave?- preguntó la cabo Kate
-A velocidad warp nunca se ha probado. Se podría intentar  que los robots de mantenimiento se encargaran de ir soltando bultos de la carga a través de la puerta. Eso sí deberíamos sellar la bodega de carga para evitar que la descompresión de la bodega de carga nos hiciera explotar como una fruta madura.

   Andrómeda ordenó a todos los robots de mantenimiento que se dirigieran a la bodega de carga. Una vez todos dentro les dio las indicaciones oportunas de lo que debían hacer. Entonces procedió a sellar magnéticamente las puertas de acceso.
   Todo estaba listo para intentar parar a sus obstinados perseguidores. Los dróides de mantenimiento se anclaron al suelo de la nave con los tirantes pertinentes para no salir despedidos por la descompresión.

-Todo listo cabo Smith. - anunció la computadora veinte minutos después.
-Abre las compuertas y que sea lo que Dios quiera.

   Jéssica la doctora, observaba en estado de shock todo lo que estaba sucediendo a su alrededor. Parecía una estatua de cera. No tenía demasiado buen color de cara y se mantenía sentada en la silla que había sido del artillero Jensen.
   Andrómeda abrió la compuerta de la bodega de carga y empezó a producirse el vacío dentro de ésta.  Los robots tensaron sus amarres para evitar ser succionados por la virulencia de la corriente producida al escapar el aire que allí había apenas unos segundos antes. Todo se normalizó, aunque el espectáculo que se veía a través de las puertas era espectacular.  Se veían pasar a velocidad vertiginosa rayos de luz de lo que se suponía eran las estrellas. Realmente era hermoso aquella vista. Pero los robots no estaban allí para observar aquel extraño paisaje.
   Una vez se normalizó la situación empezaron a empujar los paquetes más grandes hacia la puerta. Andrómeda, siguiendo las órdenes de la cabo Kate, instó a los dróides a que empezaran a tirar los bultos por la abertura. Aquello se había convertido en algo parecido a lo que hacían los destructores siglos atrás cuando soltaban las cargas de profundidad para destruir a los submarinos enemigos. Los paquetes desaparecían intantáneamente al traspasar el umbral de la puerta de la bodega.
   Mientras en el puente de mando, Kate seguía con interés el rumbo de la nave persecutora que le aparecía en una pantalla.

-Parece ser que el escudo de fuerza de la otra nave cumple con su cometido y todos los impactos  que recibe no les hace reducir la velocidad. -anunció Andrómeda.
-Entonces estamos condenadas a ser atrapadas de nuevo. Solo un milagro nos podría salvar.

   De repente, la computadora Andrómeda anunció:
-La nave que nos persigue estará en breve a distancia de disparo. Sugiero concentrar al máximo nuestros escudos deflectores a la parte posterior de la nave.
-Hazlo. Maldita sea nuestra suerte, estamos muy cerca de poder salir de aquí y nos va a faltar tiempo. -entonces se acarició el abdomen y con ternura continuó- Lo siento hijo mio, no te voy a poder conocer en vida. Pero te amo como si ya hubieras nacido.
   Una lágrima rodó por su mejilla y los ojos se le enrojecieron ostensiblemente. La doctora se acercó a ella. Algo había cambiado en su cara. Ya no parecía asustada y abrazó a la cabo Smith. Ésta la miró a los ojos y le sonrió. Entonces se fundieron en un abrazo.
-Todavía no estamos muertas. - soltó Kate deshaciendo el abrazo.- ¿Tenemos la oportunidad de efectuar algún disparo contra esa nave?
-Muy remoto cabo Smith. Debería aproximarse lo suficiente para poder alcanzarles.

   De repente la nave se sacudió. Un disparo desde la nave que los perseguía había colisionado en la popa de la nave. Los escudos habían aguantado el primer impacto.

-Escudos al 80%.- anunció la computadora.
-No aguantarán muchos impactos más. Debemos hacer algo dijo la doctora.
-Sí, ¿pero qué?

   Kate se mesaba los cabellos una y otra vez. Intentaba forzar a su cabeza a que pensara alguna idea que les diera algo de tiempo. Un segundo impacto zarandeó la nave.

-Escudos al 60%
-Kate se nos acaba el tiempo. Haz algo.-apremió Jéssica.
-No se me ocurre nada. Estoy bloqueada.

Una alarma empezó a sonar en el puente de mando.
-Se ha detectado fuego en la sala de los motores warp. Tenemos que pararlo o la nave se desintegrará. -andrómeda anunció el fatal mensaje.
-¿Cuanto aguantarán los motores si no paramos?
-Apenas un minuto.
-Entonces apágalos. Abre todas las frecuencias para poder comunicarme con la nave que nos persigue.
-Tengo localizada la frecuencia en la que emiten cabo Smith.
-Haz lo que te he dicho. Dame también las coordenadas del punto en el que estamos.
-Como ordene cabo Smith. Las coordenadas son 7.3.5.8 a 5000 au de la estación Eurípides.
-Vale, perfecto. Abre todos los canales de comunicación.
-Canales abiertos señor.

   Kate apretó el intercomunicador que  abría el micrófono.
-Aquí la cabo Smith a bordo de la nave de carga Andrómeda, en ubicación 7.3.5.8 a 5000 au de la estación Eurípides. Me dirijo a la nave que nos está atacando y nos persigue. Anuncio la rendición de la nave, solicitando que dejen de disparar. Dennos unos minutos para preparar el recibimiento a nuestra nave. Hagan una aproximación lenta y por la parte derecha. En cuanto estemos preparados les volveré a llamar para que se acoplen a nuestra nave, abriendo la compuerta de acceso.
-¿Estás loca Kate? Rindes la nave y la entregas. Nos van a matar.
-Solo trato de ganar tiempo. Si mi plan ha funcionado la Liberty debe haber recibido nuestra posición. Espero que lleguen a tiempo. No deben estar muy lejos.
   La doctora se dejó caer de nuevo en el asiento del artillero. No había pensado en aquella posibilidad.
 
   La nave que les perseguía había dejado de disparar y se aproximaba por el lado derecho de la Andrómeda, tal como había pedido la cabo Smith. Empezó la aproximación lateral quedándose apenas a un metro de la Andrómeda. La suerte estaba echada. Solo cabía ya acoplar la nave y abrir la compuerta para que les abordaran.
-Andrómeda, sitúa la nave para facilitar que nos aborden.
-Entendido cabo Smith. Señor podrían intentar escapar en un módulo de supervivencia. Mientras ellos suben a bordo podría lanzarlas en dirección a la estación. La Liberty no debe estar lejos y podrá recogerlas.

-Gracias Andrómeda. Sígueme Jessica.

   Las dos mujeres salieron a la carrera en dirección a babor de la nave. Si tenían suerte podrían salir todavía de allí indemnes de aquella situación. Llegaron a la cápsula de escape y subieron ambas. Ahora era cuestión de que andrómeda las lanzara al espacio.

-Apertura de la compuerta de acceso confirmada. Accediendo pasajeros a la nave. -Anunció la computadora a sus tripulantes.
-Cierra la compuerta Andrómeda y lánzanos al espacio. Luego haz lo que debas.
-Entendido cabo Smith. Ha sido un placer viajar con usted.

  Un nudo se le puso en la gargata a Kate. La doctora empezó a llorar y se abrazó a ella. El módulo de salvamento salió propulsado a considerable velocidad. En los altavoces de la cápsula retumbó la cuenta atrás de la computadora.
-9..8..7..6..5..4..3..2..1..

   Una explosión se divisó  a través del ventanuco de la cápsula de escape. La Andrómeda y la nave adherida a ella se desintegraron en el espacio. Pero un frente de restos se aproximaba a gran velocidad acompañado de la onda expansiva. Las dos mujeres se abrazaron y se acurrucaron en un rincón del módulo de escape. La sacudida fue muy brusca. El cristal de la pequeña ventana se desintegró en mil pedazos y el poco aire que allí dentro había existido era una mera anécdota. Kate miró por última vez, no sin dificultad a la doctora Jéssica. Ésta tenía los ojos prácticamente fuera de las órbitas y la sangre se le acumulaba toda en el rostro. Estaba a punto de estallarle la cabeza. Ella también tenía terribles dolores y sabía que su situación era la misma.

   Despertó empapada en sudor, temblando y se sentó en la cama como un resorte. Miró en derredor y vio la habitación en la que dormía junto con su prometido Michael.

-¿Te encuentras bien?- preguntó éste.
-¿Dónde estoy? ¿Qué ha sucedido? ¿Dónde está Jessica?
-¿Quién es Jéssica?
-Yo..no..
-Has tenido una pesadilla. Date una ducha o llegarás tarde a la inaguración de la Andrómeda. Esa maravilla de nave que tanto me has descrito.
-¿Sabes qué? No voy a ir a ese viaje. Prefiero quedarme contigo.
-Gracias amor mío. Prefiero tenerte a mi lado toda la vida a poder ir a la Tierra.
-Yo..también..



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